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La serliana

El Remediu

Un topónimo que consolida una devoción, con la iglesia parroquial como máxima expresión

Este topónimo naveto señala un núcleo de población localizado en el extremo occidental del concejo, referencia de caminerías antiguas, que debe su nombre a la advocación mariana de Santa María del Remedio.

Nuestra Señora del Remedio, de los Remedios o del Buen Remedio ("remedium-ii": remedio, medicamento, medicina, solución, recurso), dependiendo del espacio geográfico en el que nos movamos, se relaciona con la necesidad de encontrar soluciones a los problemas sobrevenidos y entronca con los preceptos propios de las Órdenes Hospitalarias que ayudaban en el restablecimiento de la salud y curaban las enfermedades del alma. La difusión de la devoción a la Virgen María, en general, llegará a su máxima expresión a finales de la Edad Media y en los albores de la Edad Moderna, resultando el proceso de fijación más lento en el norte de la Península, ya que competía con fervores muy arraigados, especialmente los comprometidos con los santos.

Por tanto, El Remediu, como topónimo, se fija después de consolidada esa devoción por medio de un conjunto de arquitecturas estables que tienen su máxima expresión en la iglesia parroquial, remontándose su origen a finales del siglo XVI o principios del XVII.

Como dato significativo, curioso y de prestigio, señalaré que la portada oeste del santuario, en la que aún es posible observar restos de policromía, muestra claras semejanzas con la fachada del estrecho pórtico de la iglesia de Santa María de la Corte, en Oviedo, de finales del siglo XVI. Un argumento que permite a algunos investigadores establecer la fecha de 1591-92 como la del inicio de las obras, atribuyendo, incluso, su autoría al afamado arquitecto Domingo de Mortera.

Por el contrario, otros autores, basándose en la documentación escrita, refieren que el Santuario del Remedio fue fundado por el arcipreste de Nava, Bartolomé Álvarez de Grado, en el año 1613.

Con independencia del pequeño baile de fechas, los argumentos tienden a coincidir, ya que una circunstancia cronológica puede estar relacionada con la construcción y otra con la fundación o inauguración.

En fin, estamos ante un topónimo de viario, de albergue para el transeúnte o peregrino, y en un espacio en el que se reconfortó el cuerpo y el alma.

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