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Bitácora de Lugones

El humor

Reflexiones sobre un elemento indispensable en nuestra vida y en nuestras relaciones sociales

Cuando escribo estas líneas acabo de leer las declaraciones en LA NUEVA ESPAÑA del humorista y formador, que además es actor, guionista, "coach"? y uno de los mejores maestros de ceremonias de España, casi nada, que se le conoce por el apellido Corrales. Y nos llamó la atención el titular de la entrevista: "El humor es una cosa muy seria, además de la mayor herramienta de comunicación". En efecto, con el humor se pueden romper muchas barreras a través de la comunicación. Y hay que añadir, inmediatamente después, que el humor no es contrario a la seriedad, es contrario al aburrimiento.

Muchas personas andan por la vida amargadas y, lo que es peor, tratan de amargar a los demás, sin que con la mínima frecuencia la sonrisa asome a sus labios. Se ha escrito que el humor es una afirmación de dignidad, una declaración de la superioridad del hombre ante todo lo que le sucede. Es más, somos tan partidarios de cultivar el sentido del humor que debería acompañarnos permanentemente en el viaje de la vida, de igual modo que llevamos con nosotros a todas partes el Documento Nacional de Identidad.

Efectivamente, el sentido del humor potencia los niveles de relajación física y mental, pero, además, es un antídoto fantástico para afrontar las adversidades, es como la mejor filosofía para enfrentarse a la vida más allá de la pura actitud, así lo admiten los médicos expertos. Y hay que añadir que el buen humor es un deber que tenemos para con el prójimo. Reír o hacer reír es ser un poco más feliz, aparte de que resulta muy beneficioso para la salud. Es también una manera de granjearse las simpatías, y hasta la admiración, no tanto por las virtudes necesarias para alcanzar las buenas acciones, sino, sencillamente, por la buena disposición del ánimo, que permite despertar la alegría en los demás. En general (siempre hay excepciones), las personas prefieren estar al lado de quienes disponen de un buen sentido del humor que de sujetos de carácter áspero. No hará falta añadir que la alegría no es cuestión de las facciones del rostro, más bien del semblante del alma.

Según el escritor chino Lin Yustang, la función química del humor es esta: "cambiar el carácter de nuestros pensamientos". Seguro que todos echamos de menos el humor en la juventud, y es que este llega a los corazones con la experiencia. Debemos recordar que la falta de lóbulo frontal es su causa. Somos defensores de que con el paso de la vida, a medida que se avanza en edad, la disposición a cultivar el humor debe acrecentarse, los días pueden ser más llevaderos. No obstante, debemos tener muy en cuenta siempre que, por lentamente que nos parezca pasan las horas, las encontraremos cortas si reflexionamos acerca de que no han de volver a pasar jamás.

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