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El paragües

Intolerancia

Diversión y educación no tienen por qué ser incompatibles. Existen grupos de personas que saben muy bien sacar todo el partido al ocio sin agraviar a los demás. Otra cosa es que por ser más notorias las actitudes intolerantes de quienes actúan sin tener en cuenta los intereses de los demás, sean las más clamorosas. Y uso el término intolerantes porque determinadas personas o grupos descaran un ninguneo a otras, con intereses distintos, cuando intentan satisfacer sus predilecciones. Dos ejemplos recientes en La Pola apoyan mi afirmación. Uno, el fin de semana grupos de jóvenes hicieron su particular celebración del Carnaval en el "Parque de la Música". Los residuos de la velada dejaron el entorno sembrado, pero no siendo suficiente el profundo moteado de despojos en el espacio público, también se salpicaron propiedades particulares colindantes. Otro, dos señoras caminando por la senda advierten a ciertas personas con varios perros, que debieran ir "amarrados". La respuesta, "las que tienen que ir amarradas...". No extrañe que haya en sectores de poder personas que se crean el ombligo del mundo, porque en el pueblo llano haylas. A estas faltas de educación llamo intolerancia porque no dejan de ser la versión más apocada del desprecio.

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