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Los últimos druidas

Jóvenes, poesía y Pascua

Es cierto que, desde hace ya algún tiempo, los jóvenes se acercan muy poco a los templos para asistir a los actos religiosos, a no ser que sea un bautizo o los boatos de las bodas, para cuyos eventos se visten con las mejores galas. Y ahora ni siquiera, porque la mayor parte de los enlaces matrimoniales tienen lugar en los ayuntamientos. También es verdad que la sociedad y sobre todo, la juventud, leen cada vez menos poesía. Este cronista, que lleva ya tantos años en estos menesteres de escribir versos, orearlos y declamarlos por un lado y otro, comprueba que se cuentan con los dedos los jóvenes que se acercan a los recitales y aún menos aquéllos que, desde un escenario, leen, recitan o dramatizan los poemas de los grandes poetas que en el mundo han sido. Llega el tiempo de la Semana Santa y no se ven jóvenes en los templos asistiendo al bello y dramático poema que Jesús de Nazaret escribió con el don de la palabra hablada los versos más bellos de la literatura universal. Mejor si se tiene fe. Es decir, creer en lo que no se ve, pero una meditación ante la llama de un cirio pascual nos lleva a pensar: ¿de dónde venimos? ¿Quiénes somos? Y ¿hacia dónde vamos? León Felipe, Antonio Machado y Pablo García Baena son los poetas elegidos para este tiempo cuaresmal de reflexión: "?Ya hay rosas en los patios/ y el arrayán asoma en la cuesta encalada de los Dolores?". "...Hazme una cruz carpintero..." "...¿Quién me presta una escalera/ para subir al madero/ para quitarle los clavos/ a Jesús el Nazareno?"

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