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Cronista de Noreña

Festejo de primavera

Unos apuntes históricos

Cuando ya está asentada la primavera y el calendario va despachando el mes de abril, Noreña se prepara para celebrar a San Marcos, el patrono en nuestra villa de las industrias cárnicas y con tal festividad la dedicada a la gastronomía con el picadillo y el sabadiego como protagonistas. La celebración de San Marcos viene avalada por cerca de medio siglo de existencia aunque con carácter privado, pues solamente la celebraban los industriales cárnicos con una comida de productos de su fabricación que cada uno aportaba y que degustaban en el antiguo salón de baile de la confitería La Cruz en la plaza del mismo nombre y tiempo después en una nave del Matadero Central hasta que fue decayendo ante la fuerza con que surgió la verdadera fiesta popular, la que disfrutaban todos los vecinos.

Eran los comienzos de los años setenta. Tino Fombona a la sazón presidente de la Sociedad Noreñense de Festejos fue quien la sacó a la calle, pues ya gozaba de la calidad de fiesta local en el municipio, así que organizó un atractivo programa con aires asturianos donde figuraba la misa con música de gaita y tambor, niños y mayores luciendo el traje regional, orquestas, bailes regionales, nombramiento de la "Mujer Trabajadora" siendo Sara Mencía la primera homenajeada y presentada por la hoy escritora María Teresa Álvarez.

San Marcos era la fiesta de primavera que Noreña necesitaba y bien que lo logró nuestro dinámico vecino, aunque lo de los trajes regionales -cuarenta años después- continúan luciéndose mucho más en las fiestas polesas que en las noreñenses.

Pero las jornadas necesitan evolución y unos años después -en 1984- surgió la idea de festejar al santo patrón también con el añadido gastronómico del picadillo. Fue Susi Álvarez Roces concejal de cultura en aquel tiempo quien sacó adelante tan brillante idea que ahora 33 años está desaparecida pues nadie, ni los hosteleros ni industriales cárnicos obsequian con el producto base del chorizo a sus clientes o facilitándolo a buen precio debido a su baratura que incluso lo regalaban en las horas del mediodía. El éxito fue total y todas las guías turísticas del Principado reseñaban este obsequio que pronto desapareció, aunque haya casas de comidas que aún hoy lo ofrecen a su clientela. Por este acierto, por esta iniciativa que tanto calado tuvo en la vida festiva noreñense, el jurado de los galardones "Condado de Noreña" ofreció en la edición que correspondía a la número XXVII el galardón a Susi Álvarez. Y luego, a la fiesta del Picadillo se sumó también la del Sabadiego cuando este simpar producto fue reinventado y mejorado con la fundación de la Orden que lleva su nombre a partir de 1988, tomando tal auge la fiesta que llegó ser la primera en el Principado declarada de Interés Gastronómico Regional, haciendo bueno el slogan popular en los años 60 de Noreña, Capital Gastronómica y Chacinera.

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