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El paragües

Tolerancia

Recientemente la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha elaborado un protocolo de atención educativa y acompañamiento a alumnado en situación de transexualidad o con expresión de género no normativa. Eso, que pudiera parecer un avance, es a mi juicio un retroceso. En principio supone considerarles diferentes, cosa de por sí discriminatoria; tampoco parece que la condición personal en este ámbito tengan que tener incidencia en las capacidades cognitivas ni en las habilidades académicas de ese alumnado y por tanto no es objeto de atención educativa especial.

Si hubiese interferencias en la socialización de esas personas en el ámbito escolar, la causa es otra, no identificable con esa condición de personas que se engloban en el acrónimo LGTBI. Es un problema de intolerancia, pudiendo afectar a altos, bajos, delgados, rubios, futboleros, soñadores... incluyéndonos al final a todos. El educar en valores sólidos, que antepongan la persona a cualquier condición singular, es la única solución para una escuela inclusiva. De otra manera llenaremos los centros de disposiciones que siempre serán insuficientes, porque aparecerán situaciones no recogidas en ellas que atenten contra la dignidad de la persona.

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