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Investigador emérito del Centro Europeo de Soft Computing de Mieres

Cincuenta años de la lógica borrosa

La historia del "soft computing" en España y Asturias, y sus perspectivas de futuro

Los conjuntos borrosos fueron introducidos en 1965 por el profesor Lotfi A. Zadeh de la Universidad de California en Berkeley, quien, a comienzos de este siglo, impulsó la creación en España de un centro internacional de I+D que, finalmente y gracias al soporte inicial de Cajastur, el Gobierno del Principado y los sindicatos mineros, pudo establecerse en 2006 en el campus universitario de Mieres. Se trata del "European Centre for Soft Computing" (ECSC) que, tras un crecimiento espectacular -que le significó un premio norteamericano e internacional en 2012- está bajo una fuerte crisis debido a las restricciones económicas que lo rodean. No obstante, aún acaba de lograr un nuevo proyecto europeo de movilización tecnológica que empezará antes del verano y que fue aprobado con una altísima puntuación; estos proyectos 'pioneros' y de finalidad industrial, representan una de las vías por las que el ECSC puede retornar a Asturias la inversión que, para crearlo, se hizo en 2006.

Conviene decir que el "Soft Computing" un término que, de traducirlo al español, podría serlo como "Computación flexible", es una hibridación de metodologías que, compartiendo la lógica borrosa como técnica de representación, permite abordar computacionalmente problemas en los cuales el conocimiento y la comunicación, expresados en lenguaje natural, son esenciales y difíciles de plantear sin aquella lógica. Las soluciones logradas han probado su robustez, eficiencia, rapidez, inteligibilidad y economicidad; el Soft Computing presenta una transversalidad que permite aplicarlo a ámbitos muy diversos y en multitud de sistemas, procesos y productos. Genera, realmente, una "nueva tecnología".

Este año la lógica borrosa cumple 50 años y, en España, cumple 40. Subimos a ese tren en 1975 cuando aún no había alcanzado gran velocidad y, a comienzos de siglo, nuestra producción científica ya andaba por el tercer lugar en Europa y el cuarto en todo el mundo; unas cifras notables que con algunas variaciones anuales se han venido manteniendo. Fue precisamente nuestra 'buena fama' la que motivó a Zadeh a impulsar la creación en España del ECSC con una nueva estructura obviando bastantes de las carencias de tipo burocrático y endogámico de tantos centros de I+D y que, hasta hace poco, le ha permitido contar con más de la mitad de investigadores extranjeros.

Desde bastante pronto, Asturias ha estado presente en la aventura borrosa española. Ya en sus comienzos, el profesor Pedro Gil, hoy jubilado de su cátedra, empezó a dedicarse a problemas teóricos de la lógica borrosa y fue su hermana, María Ángeles Gil quien, tras una estancia en Berkeley con Zadeh, regresó con nuevas ideas para el estudio de los problemas estadísticos con datos imprecisos. Tras generar en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Oviedo un grupo de investigación con reconocimiento internacional, la profesora Gil se asoció de inmediato a la promoción del ECSC en Asturias y no sólo ella, sino también su grupo, ha mantenido un notable grado de colaboración científica con el centro. También en la Uniovi en Gijón, se viene trabajando exitosamente en y con las técnicas del Soft Computing y los profesores Antonio Bahamonde, Luciano Sánchez e Inés Couso, deben ser mencionados a tal respecto y por descontado que, desde su inicio, también mantienen una excelente colaboración con el ECSC.

El establecimiento del ECSC en Mieres ha propiciado, sin embargo, algo que antes sólo había sucedido, aisladamente, con la automatización de una explotación minera, pero sin relación con investigación desarrollada en Asturias: un mayor interés de las empresas asturianas por el Soft Computing. Algo que, entre otras cosas, debería ser propiciado de cara al nuevo futuro tecnológico de Asturias. Es la posesión de nueva tecnología propia y su mantenimiento en el mercado lo que hará posible afrontar con éxito ese futuro; con tecnología propia e internacionalización es como se constituye la verdadera riqueza que permite la continuidad a las empresas. Si hoy es frecuente la deslocalización de la producción, no lo es la del I+D+i que constituye el soporte profundo de una empresa para su competitividad en los mercados.

Entre fin de junio y comienzo del próximo julio, tendrá lugar en Gijón y organizado por el ECSC un congreso internacional, conjunto de las sociedades europea e internacional de lógica y tecnología borrosas, especialmente dedicado a conmemorar sus primeros cincuenta años y al cual se esperan más de doscientas comunicaciones.

Es un momento que ofrece una oportunidad al gobierno del Principado, las entidades financieras, las compañías y la sociedad asturiana, para incrementar, a partir de la masa crítica ya existente, la investigación, el desarrollo y la innovación basados en la lógica borrosa. Muchos países lo han hecho y con éxito; en particular, los asiáticos con Japón a la cabeza beneficiándose al exportar muchos productos generados gracias a las "tecnologías borrosas". Lo que hoy no cabe hacer es aislarse; para ello el ECSC, que es el único centro dedicado al Soft Computing en todo el mundo, ofrece algo actualmente inexistente en otros lugares. Asturias tiene la palabra para preservar o perder el ECSC.

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