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A mi aire

Fumarea

Los efectos de las leyes contra el tabaco

Ya transcurrió un tiempo amplio desde que entró en vigor la Ley Antitabaco, allá por 2006, complementada posteriormente en 2011 con la nueva, porque la primera dejaba muchos recovecos y era tomada más o menos a cachondeo por parte de todo el mundo.

Pero como los españoles somos propensos a pasar de muchas cosas, sólo entendemos a la fuerza aquello de "la letra con sangre entra" y cuando comenzaron a llegar las sanciones todo el mundo comenzó pasar por el aro y a cumplir lo establecido.

Algo así como cuando se hizo efectiva la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad, que nadie lo ajustaba, pero cuando llegaron las primeras "recetas" todo bicho viviente se puso al día.

En el aspecto de la "fumarea" todo el mundo se ha puesto la mar de respetuoso e incluso por la calle se nota la disminución del número de personas con el pitillo en la boca, aunque, curiosamente, predomina el genero femenino, cuando antes sucedía al revés.

Uno exfumador desde hace décadas y por lo tanto fastidiosu con el humo de los demás, se felicita por la reconducción del tabaco y el civismo de todos, aunque buena parte se deba al estacazu que te puede caer si te saltas las normas a la torera.

Asturias resulta una de las comunidades más afectadas por los efectos negativos del tabaquismo con cifras estimadas de mil muertos anuales, básicamente por cáncer de pulmón.

Si a todo ello añadimos las nocivas emisiones de las conocidas empresas que a diario contaminan nuestro valle, lo de fumar resulta un plus de peligrosidad que se puede evitar, pero del que no nos libra nadie es del que resulta peor, como son los pésimos humos industriales en los que estamos atrapados, sustos y ruidos incluidos.

También habría que apostillar que en el momento actual existe un importante rechazo social hacia las personas que fuman y uno entiende que la cosa no es para tanto, pero así somos, pasamos del todo incluido a la más severa represión.

Pero donde la Ley debería ser rígida, todo el mundo sabemos dónde se debería aplicar, ahí la cosa no pasa de simples paños calientes y por ahí vienen los verdaderos humos que matan.

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