A lo que llegamos! El reparto de pan, periódicos y otros objetos para llevar a las casas venía haciéndose en una furgoneta cuando el volumen así lo requería y, como mínimo, en bicicleta. Ah, bueno, o en ciclomotor cuando se trata de pizzas, por su rapidez, dado que llegan a la temperatura deseada más bien caliente por servirse en cajas acondicionadas.
¡Ajajá!, pero ahora llegan los drones, que el Estado autorizará en breve para que en menor tiempo y de forma inmediata, quien esté dado de alta en semejante sistema, tanto de envío como de recibo, pueda solicitar desde una simple barra de pan hasta un medicamento; el dron trasladará el producto deseado hasta nuestra casa.
Tengo ganas de que el sistema comience a funcionar y, lógicamente, bien, porque no espero haya tropiezos por el aire, ya no solo entre los drones, sino contra las farolas, semáforos y columnas, para eso existirá la suficiente tecnología e informática, casi como en aviación para que se entrecrucen y "vean" su correcto punto de aterrizaje.
Así que, en breve, adiós a la bicicleta y a los ciclistas repartidores, que muchas veces se juegan la vida entre tanto tráfico. Lo que hasta ahora venía siendo un juego de niños, ahora se convierte en una herramienta de trabajo.
