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Desde mi Mieres del Camino

¿Réquiem por la vida activa cultural de un pueblo?

La pérdida de pujanza de las iniciativas culturales de Mieres y la necesidad de dar un nuevo impulso

Lo he oído más de una vez y ahora, en mi habitual espacio dominguero, hago gala de ello. Mieres, en algunos aspectos fundamentales de su vida, va perdiendo gas lenta y a la vez inexorablemente, lo que invita a realizar, en plan interrogante, el siguiente planteamiento: ¿será cuestión de "cantarle el réquiem" a este pueblo, desde la óptica de una operatividad colectiva a favor de los movimientos culturales lógicos de una comunidad con visión de futuro? He aquí el dilema que, a la marcha de los acontecimientos, se está convirtiendo en una certera creencia con visos de autenticidad.

Cierto que el ambiente festivo se mueve por vías de permanencia y si cabe dándole aires a cierta promoción. Piénsese que las programaciones periódicas de fiestas bien plantadas en el calendario anual, se han institucionalizado y el Ayuntamiento, con más o menos fortuna, mantiene esa tónica. Luego están las puntuales celebraciones que, en torno al verano, y con visos de romería campestre, también mantienen el tipo (entiéndase La Teyerona, Los Felechos, Monte Llosorio, y algún etcétera más). Aún se puede certificar la proliferación de festejos patronales que salpica el calendario estival, como demostración de esa proliferante tendencia que envuelve a toda nuestra comunidad autónoma, fenómeno que contrasta con los aún presentes efectos de la crisis económica. Pero, ese es otro cantar.

Lo que realmente parece preocupante es la pérdida de gas que envuelve el ambiente cultural y participativo en estos momentos el panorama mierense. También es cierto que se mantiene, a buen ritmo, con algunas incrustaciones novedosas, el "rescate" de tradiciones folklóricas del acervo asturiano, dejando, para la posteridad, un rastro esperanzador.

Sin embargo, vayamos un poco más hacia el meollo de la cuestión cultural, al margen de las programaciones oficiales de la Casa de Cultura Teodoro Cuesta. Todo parece indicar, según carteleras y panorámicas de otras localidades, por ejemplo, de esta región, que el camino indica una dirección clara y contundente, y es la de conservar, o hasta perpetuar, acontecimientos de peso específico en las distintas vertientes culturales, convirtiendo, durante un espacio determinado de tiempo, una población de cierto peso específico, en sede general de interés, para el resto del espacio regional, con motivo de un acontecimiento que se sale de lo habitual y corriente.

Sirvan como muestra algunas "perlas" que alumbran el firmamento asturiano, la Semana de Literatura Negra de Gijón, la Temporada de Ópera de Oviedo, el Festival de Cortos de Cine de Avilés y las Jornadas de Teatro en el Nalón. ¿Tiene Mieres material suficiente para establecer, dentro del calendario anual, un hecho destacable, con duración al menos semanal, que despierte una atención especial a nivel de otros pueblos y otros círculos allende nuestras fronteras? A juicio de este cronista o reportero, las hay y con un peso interesante, siempre que se establezcan las fórmulas y las formas adecuadas para su configuración. Y la historia, cara al futuro, podría escribirse a base de estos trazos: Tres programas culturales, tenía Mieres no hace mucho tiempo, de los cuales quedan restos languidecientes, pero con pasta suficiente para remover rescoldos y recuperar la llama. Con vistas a ello sirva como base de análisis el siguiente episodio. Hace unos doce años se vivía en esta villa con fervor e interés las celebraciones de unos Tribunales Populares -recientemente se habló aquí de ellos- organizados por el Centro Cultural y Deportivo Mierense que han perdido el santo y seña hasta el punto de que aparece como muy poco probable su recuperación, pese a que, en su corta trayectoria había alcanzado fama y calidad. A la vez tenía lugar la convocatoria del Premio de Novela "Casino de Mieres" cuya fama, por su seriedad y envergadura, lograba, año tras año, traspasar las fronteras regionales y nacionales, hasta alcanzar categoría internacional, todo de la mano de la centenaria Sociedad mierense de gran arraigo y nuevo sello aperturista hacia su total democratización. Por último estaban los encuentro corales "La Mina Canta Unida" de la mano del Orfeón de Mieres, símbolo inequívoco de unos valores tradicionales que habían alcanzado y aún alcanzan, para la laureada agrupación local, los más significativos galardones.

El hecho es que, por circunstancias se supone que casuales, los tres eventos llegaba a conocimiento público envueltos por el celofán de los actos programados con motivo de las fiestas del Patrono San Xuan, lo que suponía una mayor o menor pérdida del interés general, que, por propia inercia, se diluía en las ciento y una manifestaciones que se desarrollaban durante esas significativas fechas del mes de junio. Y aunque cada episodio de los que hoy nos ocupan solía arrastrar a sus incondicionales, quiérase que no, el llamativo cartel sanjuanino ejercía su influencia en detrimento de la mayor brillantez de estas tres manifestaciones. En definitiva que, metidos en el mismo saco que toda una programación festiva del gran patrono, no lograban alcanzar los niveles ni la magnitud deseada.

Mírese ahora el asunto desde otra óptica. Si pensamos que en Mieres, desde los Mártires de Valdecuna a finales de septiembre, y hasta diciembre con Santa Bárbara y el puente de la Constitución no existe acontecimiento de relieve, y sí dos meses prácticamente inactivos en este terreno. Como interrogante cabe pensar en la idea de unir los tres manifiestos, a saber, Tribunales Populares, Premio de Novela y "La Mina Canta Unida" en una especie de semana de fuerte actividad, sin que nada ni nadie le haga sombra y, sin embargo, por añadidura, se le pueden colocar algunos adornos complementarios, siempre relacionados con el principal protagonismo.

Hace unos diez años el Centro Cultural -que dicho sea de paso se había salido del rol sanjuanino, por cierto con una buena dosis de fortuna, en cuanto a protagonismo- se dirigió a las otras dos sociedades, Casino y Orfeón con el esquema del proyecto. De principio se vio con buenos ojos. Luego el asunto se fue diluyendo hasta terminar en nada. ¿Será el momento propicio de proyectar la Gran Semana Cultural de Mieres, con estos tres ofrecimientos?

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