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A contracorriente

Recuperar ese festejo acuático

El Descenso Folklórico del Nalón consolida en los últimos años su apuesta por ofrecer un buen espectáculo a los visitantes

No está olvidado, no se ha perdido, sigue su camino festivo? pero el Descenso Folklórico del Nalón, una juerga fluvial con identidad y estilo en su planteamiento inicial desde aquellos tiempos del Club Eros y sus miembros activos necesita ese revulsivo que recupere el sabor de antaño y vuelva a ser una zambra acuática con organización resolutiva y lugar en el mapa nacional.

Ahora sus organizadores lo tienen claro y quieren alcanzar ese momento de actuación preciso y colaborar en las indumentarias folklóricas, en las embarcaciones náuticas y en un desfile atractivo y vistoso donde el carácter local se deje notar y el bullicio bien entendido sea el factor determinante de un festejo único, distinto y con solera astur. El Descenso Folklórico del Nalón parece ser que vuelve por sus fueros con la impronta básica del Club Campurra, equipo organizativo que le dio rango y presencia en el calendario festivo asturiano. Los jóvenes rectores de esta verbena acuática tienen en sus mentes renovar el montaje y el planteamiento de los últimos años con dosis de estilo, gusto y ambiente, realidades que se habían perdido y esta "kermesse" veraniega se convertía en una vulgar carnavalada que aburría al espectador y dejaba en entredicho el significado de un Descenso con identidad y altura festiva. Ahora este festejo estival regresa al olimpo de la verdad, del nuevo cuño, de la esencia de otro tiempo y esos jóvenes entusiastas de hacer las cosas bien están trabajando con denuedo y fervor para convertir la fiesta local por excelencia en un destino obligado y cargado de razón bullanguera y simbólica. La fiesta está ahí, la participación es amplia y variada, la vestimenta oficial del espectáculo está controlada y el botellón de la danza y el baile preocupa un poco por eso del coma etílico y el agua revuelta. Cautela y festividad para una mojiganga con naturaleza doméstica y proyección universal. La realidad es tozuda y el Descenso Folklórico del Nalón quiere ser una romería auténtica donde prime la camaradería, la fiesta con mayúsculas y el juego fluvial? Todo lo demás debería perderse por esas letrinas del desinterés y la ignominia. La fiesta de un pueblo es sagrada y tiene el interés que sus hacedores quieren que tenga.

El Descenso Folklórico del Nalón, agonizante de ideas y de acciones en los últimos años, renueva su pasión por lo modélico y ya puede decirse que la calidad es un detalle y el emblema de marca una proyección. Bien por este convite de la festividad, esta luminaria de la diversión, esta recepción de pasatiempo. El Descenso está ahí, como también están en ese entretenimiento veraniego los componentes de la Pandorga, grupo musical con toque de charanga y estilo de actores de jazz. Músicos de notoria trayectoria y dotados para el espectáculo callejero. Después mucho desfile popular y muchas risas cuando las embarcaciones, que no carrozas, se sumerjan en esas aguas procelosas del río padre de Asturias y en flotación perfecta alcancen el entorno de La Chalana tras una travesía desde el Puente de Arco. Juego, baile, danzas, fiesta, retreta, ambiente y turismo en la mejor fiesta fluvial de Asturias. Pronto los cincuenta años de esfuerzo y gaudeamus.

El Descenso está ahí por la unión de todos en un fin común. Regocijo, vacación y alegría. La Sopera y la Soperina señalan esta materialidad. Posiblemente, ¡Fiesta de Interés Turístico Nacional!

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