Como usuario del Residencial desde hace 25 años, quiero dar una visión lo más objetiva posible de la utilización de las citadas instalaciones.
Primero hemos de analizar que motivó al Montepío de la Minería la inversión para adquirir los apartamentos que configuran el residencial.
La entidad por imperativos legales dejaba de ser una entidad complementaria de la seguridad Social y quedaba vinculada a la dirección General de Seguros al amparo de la ley que regula las entidades de gestión del seguro privado, por tal motivo desaparecía el carácter solidario que dio origen a la creación de la entidad.
Con lo cual implicaba que se hacía necesario buscar una solución para los colectivos de socios en activo y prejubilados dado que se convertiría en meras maquinas cotizantes sin recibir nada a cambio, y se optó en ese momento por buscar una alternativa que evitara la desafiliación de estos colectivos, por tal motivo se exploraron varias opciones optando por una oferta vacacional, para lo cual se crea una comisión de trabajo de la cual yo formaba parte encargada de localizar el lugar más apropiado, así fue como en el año 1990 recalamos en los Narejos (Los Alcázares).
Desde entonces todos los socios pueden disfrutar del periodo vacacional y en algunos casos largas estancias, porque el lugar es idóneo para ello. Considero que fue todo un acierto su elección y puedo dar fe como usuario desde entonces, dado que llevo 25 años disfrutando de las instalaciones.
Pero considero que después de todos estos años se hace necesario realizar cambios que posibiliten la mejora de sus servicios, comenzando con la creación de una normativa que regule el funcionamiento cotidiano de las instalaciones. Primero, se debe optar por una concesión de las estancias alternando por igualdad de derechos los colectivos de Activos, Prejubilados, y pensionistas. También hay que regular el acceso a los apartamentos de manera racional ejerciendo control sobre las entradas y salidas de los usuarios para prever los desperfectos que se producen. Además, impulsar un tratamiento específico para las familias con niños de corta edad y por último valorar si resulta operativo el acceso a los apartamentos de las mascotas por ser una situación controvertida por su peculiaridad dado que es preciso" analizar el posible beneficio" con el perjuicio que se causa al resto de los usuarios.
Estas junto con algunas otras cuestiones podrían dar forma a la normativa que regule el funcionamiento de las instalaciones.
Este es un sentimiento generalizado en la mayoría de los usuarios según se puede constatar.
