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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Tortilla catalana

Entramos en la recta final de las elecciones catalanas, planteadas como un plebiscito independentista, y entre cierto hartazgo y hasta indiferencia (porque si prestamos mucha atención surge la indignación y la rabia), nos sigue cayendo encima una cascada de declaraciones. Los independentistas se arrogan el derecho a decidir el destino de Cataluña, pero no quieren aceptar ninguna consecuencia, porque son los mejores y no hay cataplines de meterles mano. Nos vamos y que todo siga igual. Ya les han advertido de que se irán de Europa, perderán el euro, la financiación del Banco Central Europeo (imagino que del Banco de España no la querrán), que tendrán problemas para pagar pensiones, que subirá el paro... Será cierto que con el argumento del miedo se arenga aún más a los independentistas, pero nadie debe ser tan iluso de pensar que no habrá consecuencias. Para toda tortilla hay que batir huevos, aunque sea catalana.

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