Todos, todo el mundo le conocemos como Fernando Alonso, el piloto de Fórmula 1, pero sin embargo se nos olvida el Díaz, como decía aquel amigo mío, "por mi madre", que por cierto los hay que al cabo del tiempo, casi renuncian al apellido de su padre por ser más corriente y adoptan como primero el de su madre.
Así ocurría, sin adoptarlo oficialmente, con el segundo de mi padre, al que sus amigos le llamaban Vega, no utilizando el Alonso. Después sus hijos determinaron hacerlo compuesto y aquí armamos "la marimorena", porque mi nombre de pila bautismal es Luis Antonio que con los apellidos convertí todo ello en una serpentina de largo que se quedó, porque no debía de renunciar a mi segundo apellido, el Suárez, por parte de mi madre, de la extensa familia de los "cabritos" de Areñes (Santiago de Arenas, Carbayín Alto). Pero sigamos con el piloto que probablemente tiene más interés para ustedes).
Iba a poner como título de este artículo "optimismo sin ruedas", porque Fernando Alonso y Díaz lleva un tiempo sin darnos una alegría meritoria de triunfos. Que si los motores, que si las ruedas, que está seco, que llueve, que..., para que seguir si los lectores conocen bien y mejor que yo les yaceries en que se ve envuelto. Eso sí, pero con un premio de la Fundación Príncipe de Asturias que ganó a pulso en sus primeras carreras.
Pero él, Fernando Alonso Díaz, siempre optimista y diciéndonos que en la próxima "va la vencida", cuando es él el que nos defrauda con su resultado.
Claro que no hay que perder la esperanza, sobre todo teniendo fe, que es algo así como "creer en lo que no vimos". ¿Cambiará de patrocinador? ¿Cambiará de coche o de motor? Porque no creo que cambie de apellido (un mal chiste de los míos).
