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Desde la Meseta

Cada vez más cerca

La llegada del tren de Alta Velocidad a León

Yo, amante del ferrocarril, no podía hoy dejar de escribir "cuatro" garabatos acerca del tren, por estar éste cada vez más cercano al centro de España, no por kilómetros, sino lógicamente por velocidad.

De momento y antes de finalizar septiembre, León se une a Madrid en unas dos horas con el AVE (Alta Velocidad para que no haya duda). Los palentinos tampoco se quedan "mancos" y a ellos también les llega el rápido tren.

Los siempre amantes del ferrocarril no dejamos de acordarnos de las máquinas de vapor de todos los tipos, desde aquellas pequeñas y con potencia que enganchaban o desenganchaban los vagones para la formación de aquellos trenes de mercancías. No olvidamos los vagones de madera para los pasajeros, así como la sustitución de los mismos por metálicos y con más seguridad y comodidad. Aquellas grandes máquinas de vapor con tender, para viajes más largos, cargos con briquetas de carbón y depósito de agua, con cabinas al descubierto, con maquinista y fogonero.

Después nos llegó la electrificación y dejamos de ensuciarnos y ya podíamos abrir las ventanillas de los vagones, sin que nos entrasen hollines y carbonillas, incrementando algo más la velocidad en los destinos. No obstante, a los asturianos nadie nos quitaba, en más o en menos, aquellas ocho horas a Madrid. Sin olvidar las máquina Diesel y Diesel-eléctricas, que también echaban humo, aunque mucho menos con su lógico tubo de escape.

Así que ahora, con un esfuerzo más, tanto de trabajo como económico, lo que falta de León a Gijón es "na" y, lo dicho, bajar a Madrid "con la gorra" en un periquete.

Nuestras antiguas máquinas y vagones pasarán a la historia y se crearán amplios museos de ferrocarril, como recreo de los que se acuerden o de los que vengan detrás empujándonos. ¡Ya falta menos! ¡Y que usted lo vea!

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