Más bien parece una tomadura de pelo. Me estoy refiriendo a las listas para el Congreso y el Senado del Partido Socialista, amén de los globos sondas que los populares comienzan a dejar volar sobre sus candidatos, que van por el mismo camino. Todo está aliñado con la habitual falta de transparencia y eso que cacarean la participación. Pero, al final, con los conocidos subterfugios para dar apariencia, el cotarro lo siguen mangoneando los de siempre.
El aperitivo ya lo tenemos servido con la designación como senadores autonómicos de María Luisa Carcedo y Fernando Goñi, preclaro ejemplo de "renovación", con más de treinta años sentando sus reales posaderas en mullidos sillones, excelente soldada y cargos diversos.
El plan renove en política, a lo que se observa, no existe, pese a las buenas intenciones que pregonan, pero a la hora de la verdad, por los intereses creados, no hay modo de que sea una realidad. Bueno, un leve de aire fresco introducen, pero también baqueteados en busca de acomodo.
Lo de situar en puestos cabeceros, con derecho a chupa chups seguro, tenemos a Vicente Álvarez Areces -el "gran amigo" de Langreo, que no nos llevó el Nalón para Gijón porque no pudo- o a Antonio Trevín, ambos con decenas de años en la mili de la política. Son una muestra de cómo funciona el negocio.
En cuanto a los populares, que mejor se dedicaban a buscar un candidato a las nacionales del 20-D, en sustitución del actual que los lleva de cabeza a la oposición, en Asturias barajan los nombres de Ovidio Sánchez y Fernández Rozada, así que si se confirma, ¡válgame Dios!
El resto de formaciones andan a la expectativa de los últimos apaños para ver qué se puede atropar. Andan aún sumergidos en el análisis de las catalanas, que como siempre ganaron todos, pero va a ser que no, las cifras cantan, y todos se preparan para las próximas elecciones que ya están a la vuelta de la esquina, aunque para alguno de ellos lo de "Navidad, Navidad dulce Navidad" las encuestas dicen que igual se les van a atragantar los polvorones.
Y el plan renove para el que tenga la suerte de cambiar su coche, porque estos otros siguen a lo suyo.
