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La piedra de Tomasón

El suceso ocurrido en San Martín del Rey Aurelio que dio lugar a una popular canción

Fue realidad o un cuento de caleya? La historia que dio pie a la canción de "Tomasón tiró la piedra, tirola sin picardía....". La historia sucedió así. En los antecedentes, los vecinos del valle la Campana, en San Martín del Rey Aurelio, siempre les habían prometido la construcción de una carretera que llegaría desde Sotrondio a la Campeta. En los años veinte del pasado siglo, en una visita del gobernador de la provincia, el general Zubillaga, los vecinos de ese valle le expusieron la necesidad de construir un camino vecinal que arrancase en San Martín y subiese hasta Cabañes Nueves y La Sampedro. Y de aquella cita quedó la promesa de que se haría el proyecto de un camino carretero. Pero del dicho al hecho hay un trecho y pasaban los años y la obra prometida quedó en nada.

A principios de los años cincuenta, los vecinos de la Cabaña de Loredo, encabezados por Sabino, buscaron el apoyo del entonces alcalde de San Martín del Rey Aurelio, Elviro Martínez, para hacer un camino que fuese más o menos ancho y conseguir un recorrido que mejorase el acceso a lo alto de la Aldea de La Cabaña que, aunque no fuese carretero, fuese un camín para paso de caballerías. El Ayuntamiento ofreció su ayuda y designó la cantidad de 28.000 pesetas como coste del camino. La dirección de los trabajos, mano de obra y materiales la aportó Sabino. Una vez que terminó la obra le fue entregada esta cantidad.

El camino carretero arrancaba junto a la Capilla de San Frechoso, subía por los montes del Rimadero y enlazaba con el camín hasta Fuente les Roces y Baraosa. Se aunaron esfuerzos y a picu y pala fueron allanando escollos y venciendo las dificultades que surgían en el trayecto. Uno de los escollos fue abrirse paso en la antigua escombrera del Elorduy, entre los planos tercero y cuarto, ya que se trataba de terrenos sueltos sin compactar y que argayaban con facilidad. En la planta cuarta, existía un túnel de la antigua mina de Elorduy, destinado para que diesen la vuelta las vagonetas ya de vacío.

Más adelante, en la zona del Cantu, se toparon con una cantera y para extraer y partir las piedra hubo que emplear sobre todo inteligencia y saber profesional, aparte de sudor y brazo. Se empleó goma del 30, pero la explosión provocaba el lanzamiento de rocas a distancia. Entonces se usaron cartuchos de dinamita, que se sacaban, naturalmente de forma clandestina, de dos en dos unidades del Pozo Villar para no llamar la atención.

Y tras los antecedentes, comienza la historia del Peñón de Tomasón. El camín ya tenía vía libre y podía ser utilizado, no solamente por los vecinos de La Cabaña, sino por todos habitantes del entorno del Valle de la Campana.

Casa Maxín formaba comercialmente una casa mixta, vendía comestibles y era chigre a la vez. Estaba situada en el comienzo de la Calle Nueva. Era el último lugar para tomar la despedida del día, sobre todo para los que residían en la aldeas del monte. Casa Maxín tenía fama de mucha ballura, estaba bien abastecida y se daba bien de comer.

Los sábados por la tarde y por la noche era el lugar ideal para una reunión de amigos o lugar de cita al acabar la faena de la mina. Allí fue donde se produjo el encuentro de cuatro amigos que hicieron un alto antes de marchar para casa. Y quedó reflejado en la siguiente estrofa popular: "Salen de casa Maxin / por la calle Nueva arriba / cuatro mozos de Llaneces, Tomasón y Compañía / Han cenado bien, han jugado la partida". Y ya pasada la media noche suben por la empinada cuesta. Pasan San Frechoso, dejan a un lado la ermita de Santa Inés y llegan a la zona conocida como la Rampla Cuarta de la antigua mina del Elordu y atraviesan el túnel, y llegan al Cantu donde los trabajos han dejado piedras sueltas, pero entre ellas destaca un murriellu.

En la estrofa segunda se dice: "Al llegar a La Cabaña / p´abajo casa Sabino / encontraron un peñón / a la orilla del camino".

Y en la tercera estrofa se añade: "De los cuatro que allí había / propusieron una apuesta / haber quién de los cuatro yera / el que más fuerza tenía".

Lo cierto era que el murriellu tenía tal dimensión que tres solos no fueron capaces de moverlo lo. Uno, sin que por ello fuera el farrucu, si era el más atrevido y sin dudarlo abrazó el murriellu. El peñón tenía la forma más o menos un cubo. Por la pendiente abajo, la piedra se deslizó. Si hubiese rodado, como una bola hubiese cogido mas velocidad y el montón de estiércol de la cuadra no hubiese detenido su marcha.

En la estrofra cuarta se dice que "De los cuatro que allí había / el más fuerte Tomasón, / que pa demostrar la fuerza / echó a rodar el peñón".

Y en la quinta que "Mientras la piedra rodaba / Chimino se echó a llorar. / ¡Que ficiste Tomasón! ¡La piedra tira el corral!". En la sexta estrofa ya se concluye el canto popular: "Tomasón tiró la piedra, /tirola sin picardía. / Si nun ye la parva cuchu, / el peñón baxia a la vía".

En las cercanía del lugar de La Cabaña de Lloreo se encuentra la casa de la familia formada por Sabino Iglesias Castaño y Carmen Diaz García. Sabino había trabajado de picador en el Pozo Villar y por entonces ya estaba retirado de la mina. Sin embargo, Sabino se hizo popular en toda Asturias por ser Gaiteru. Las fiestas populares, no sólo en nuestra zona, sino en el resto de Asturias, en sus celebraciones contar con Sabino el Gaiteru era todo un acontecimiento. A mediados de los años sesenta, el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio le dio un justo homenaje por el trabajo desarrollado con la música popular de gaita.

Carmen, su esposa, aparte de ser ama de casa, la mayor parte de los días daba de comer a los animales y cataba la vaca. El corral estaba situado en un prado, en este caso justo debajo del camín donde se encontraba el peñón.

Y aquí se puede enlazar la séptima estrofa: "Nun tropezó en el corral / que paró en la parva cuchu. / Que si llega a tropezar / mata la vaca y el gochu". Y en la octava se indica que "Cuando Carmen fue a catar, / parosei el corazón, / al ver que que nun podía entrar / por culpa de esi peñón".

Carmen entonces dio la voz de alarma a su familia. Sabino se inquieta y reacciona. Pregunta a los vecinos, ¿quién pudo ser? Todos coinciden, fueron los mozos de Llaneces que por la madrugá pasaron cantando y algo dijeron de un peñón.

En la estrofa novena, ya se cuenta que "Sabino calza les botes, y baxa a la población, / avisa a los tricornio, que suban por Tomasón".

Sabino, entonces mandó a su hijo Ino a Sotrondio en busca de soluciones para apartar la piedra. Y llegamos a la décima estrofa popular: "Mandar avisu a Severón, que suba la diferencial, / pa quitar esi peñón, que tiró esi animal".

A media mañana ya se confirma, quienes fueron los autores. Estrofa décimo primera: "Mandar avisu al Pedreru / que avisaran a Campón, / que dieran parte a Llaneces / que bajara Tomasón". Y la duodécima: "Son les cuatro de la tarde / y la vaca sin catar, / Por culpa d´esi peñón, / que tiró esi animal.

La letra de la canción es una cosa y la solución al caso otra. Había que entrar en la cuadra para catar a la vaca. Hubo que buscar barras rígidas para que actuasen como una palanca. Las trajeron del Pozo Villar. Fuerza y palanca y el peñón se apartó de la puerta. Allí está todavía el murriellu.

En cuanto a Tomasón, tal como se cita en la estrofa 11, Sabino acudió a una tercera persona, Campón. Era pariente de los dos personajes: de Tomasón y de Sabino. Serenó los ánimos entre ambos evitando que actuase la Guardia Civil.

La canción de Tomasón tiró la Piedra se hizo popular rápidamente en toda la comarca del Nalón. El autor de la letra y de la música es Sabino el gaiteru. Gracias a su hijo Julio hemos tenido la gran suerte de recopilar todas las estrofas de la canción y exponerlas en LA NUEVA ESPAÑA para que se sepa su origen e historia. También sabrán que, posteriormente, se hizo alguna que otra versión. Pero la historia real es la que les acabo de contar.

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