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Velando el fuego

Pitágoras en Turiellos

Las clases prácticas que ha puesto en marcha el colegio langreano

No parece haber muchas dudas sobre la importancia de los juegos a la hora de adquirir conocimientos y perfeccionar prácticas que nos sean de utilidad a lo largo de nuestro periplo vital. Basta con dar un breve repaso a lo sucedido desde que el árbol del Bien y del Mal echó sus primeras raíces para darse cuenta de que comportamientos tales como la lucha y la caza (por citar algunos ejemplos) se fueron perfeccionando a través de simulaciones joviales, carentes de dramatismo, y que se acabaron constituyendo en una actividad fundamental para nuestro desarrollo.

Y si nos referimos a documentos escritos, tales como testimonios antiguos aparecidos en tumbas, paredes o templos, comprobaremos que los verbos "jugar" y "aprender" han sido una constante a lo largo de la historia. Quizás sea Benjamín Franklin una de las personas que mejor lo hayan entendido, tal como lo expresa en su cita: "Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Lo cual significa que el aprendizaje no es sólo una cuestión de oído, sino que más bien se parece a un río que nos moja y nos incita a zambullirnos en sus aguas. Por mucho que algunas mentes decididamente conservadoras se hayan empeñado en fabricar diques distintos entre jugar y pensar. (En este punto, se podría hablar con detenimiento de lo que significa la LOMCE como guía para el sistema educativo de este país, pues la práctica desaparición de las Humanidades ha dejado relegado el pensamiento crítico a un puro esqueleto. Y así, "pensar" consistirá en buscar la fórmula más barata y capaz de fabricar ciudadanos/as dóciles y fáciles de explotar como mano de obra).

Convencidos de que "Alicia en el País de las Maravillas" no es sólo un desfile de conejos con mucha prisa o de gatos que se hacen invisibles, los integrantes de la comunidad educativa del colegio Turiellos han decidido convertir las matemáticas en una presentación de teorías y de juegos de lógica. De modo que un día a la semana, y tal como se puede leer en la noticia publicada por LA NUEVA ESPAÑA, los alumnos del centro reforzarán los conocimientos teóricos aprendidos en el aula con clases prácticas. A partir de ahora, cintas métricas, balanzas, relojes de pulsera, cronómetros? todo un variado y abundante material logístico entrará a formar parte de la cartografía escolar. La finalidad parece evidente, tal como ha explicado Paz Alonso, directora del centro: convencer al alumno de que las matemáticas pueden ser divertidas y muy útiles en su realidad cotidiana".

A buen seguro que los integrantes de la Escuela pitagórica se hubieran sentido satisfechos de haber podido contemplar esta realidad. Pues si para quienes en el siglo V figuraban entre los principales investigadores científicos, todas las cosas eran en esencia números, los alumnos de Turiellos acabarán convencidos de que las cuatro reglas básicas son tan naturales en la vida como un botón en el ojal.

Una de las frases que me sigue acompañando es la de que, para un niño, jugar significa algo así como la posibilidad de recortar un trocito de su mundo y manipularlo. Bien sé, por otra parte, que existen expertos muy refinados en manipular el mundo y recortarlo en infinitos trozos, si así les resultara más conveniente para sus intereses. Pero eso ya es otra cuestión. O quizás sea que, en esos casos, no estamos en presencia de niños, precisamente.

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