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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Alloriaos por les castañes

Dicen que el aire les castañes nos deja alloriaos. No hay estudio científico o médico que corrobore la teoría, que se sustenta en la recopilación de sucesos acaecidos cuando el viento del Sur agita los castañales. Pero comienzo a sospechar que en la relación de los asturianos con les castañes debe de existir alguna anomalía. Basta un paseo otoñal por los bosques del Bierzo para comprobarlo. Allí, la castaña es casi una religión. Cada árbol tiene dueño, está prohibido ir a la gueta, aunque sea para atopar las esparcidas por los caminos, y su recolección queda restringida a los propietarios de las fincas. Y todo porque la castaña es un negocio, un modo más de vida. Miles de euros salen de los bosques bercianos y ayudan a las economías familiares. Una joven parada tenía previsto subsistir tres o cuatro meses con su venta. Aquí, son un producto que va poco más allá de la chapa de la cocina de carbón. Hay que estar alloriaos.

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