Nota previa: quiero y deseo mantener un escrupuloso respeto por ambas organizaciones. Es decir, la guerra está servida. No por esperada, resulta dramática y lamentable. Es posible, que Alberto Garzón tenga razón en lo referente al bipartidismo, en que tanto el PP como el PSOE, se están frotando las manos. Pero es que no nació ayer, hace tiempo que existe, desde la Transición; y en aquel tiempo, IU representaba la "unidad de la izquierda". No es ocioso preguntarse, entonces, el porqué del bipartidismo hasta nuestros días, y para seguir.
Podemos, dice que IU planteó la coalición como línea roja, no lo sé, ni lo sabremos. ¿Dónde la luz y los taquígrafos? Solo sé que Podemos quiere que ellos sean el referente único de unidad. Se comprende entonces y se entiende que IU diga que no. La otrora prepotencia de IU sobre el resto de organizaciones la está heredando Podemos y me temo que no es bueno.
Hay una cosa clara, que Podemos no quiere saber nada con IU, absolutamente nada. Sí con individualidades de IU a las que invitó a integrarse con ellos, maneras a todas luces lamentables por parte del líder de la organización morada.
En todo este desacuerdo, que repito se esperaba (yo al menos) quien queda ninguneada es la "gente", ésa que apostaba por más altas miras de ambas organizaciones. Tanto IU, como Podemos, son responsables del desacuerdo. Lo demás son argumentos para incondicionales de ambas organizaciones, para las y los dotados de fe en el líder o lideresa de turno.
A pesar de la realidad de lo comentado, que no es subjetivo, sino a todas luces objetivable, a pesar de la necesidad de unidad popular, de verdad, real y desde la base, surge, en mi opinión, una fantasmal "Unidad Popular". Pues sí, así, sin más. De repente, aparece. Formada por IU acompañada con pequeñas organizaciones que por sí solas nada tendrían que pintar en decisiones políticas. Está bien, sí. Es legítimo. Y hasta se les puede votar, ¿ por qué no?. Son gente de izquierdas, buena gente, luchadora y con ganas de hacer cosas. Pero a continuación hay que decir que eso no es la "Unidad Popular", no al menos, la que uno de sus promotores, Alberto Garzón, defendía.
Es decir, por necesidades electorales se construye de prisa y corriendo una fantasmal "Unidad Popular" que raya y cae en el populismo, tan criticado en otra organización. Una fantasmal "unidad" que competirá legal y democráticamente con otras organizaciones de izquierda. Con el consabido protagonismo de IU que en su día criticaba, con razón, a Podemos. " Ya que Izquierda Unida, principal partido que integra esta plataforma, quiere que sus siglas sean reconocibles en la papeleta electoral, por lo que es probable que el nombre de la candidatura que se presentará a las generales del 20 de diciembre lleve la marca de IU y el apellido de "Unidad Popular."
Pues bien, todavía hay quien desde esa mal llamada "Unidad Popular" se presenta a las primarias diciendo: "Todos somos conscientes de que nos encontramos en un momento de extraordinarias dificultades. Un momento en el que la izquierda está sufriendo la mayor ofensiva política, ...represiva, e ideológica de las últimas décadas...".
Se presenta, dice, "para la defensa de los intereses de la clase trabajadora y de las clases populares... para aportar un discurso de clase, unitario... Juntos tenemos que seguir trabajando por la construcción de un nuevo país más democrático, culto y solidario, y por la eliminación del patriarcado y su violencia".
Si no fuese patético y demagógico, este déjà vu sería para carcajearse, pero no, es para llorar. En fin, después de diciembre, viene enero. Seremos observadores de besos y abrazos por ambas partes. Al tiempo. Pero, por favor, no nos llaméis imbéciles.
