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Rebelión en el parque

La decisión del Ayuntamiento de Langreo de no admitir circos con animales

Fuertes aleteos, inmensos y agudos chillidos, trinos de pájaros así como un incesante piar, despertaron al vecindario del entorno del parque. Era tarde, rondando las dos de la madrugada. Luces que se encienden, personas que se asoman a las ventanas y balcones. Perplejidad e interrogaciones. ¿Qué ocurre?

Alguien toma la iniciativa y llama a la Policía Local. Efectivos policiales se desplazan hacia el lugar y la sorpresa es mayúscula. Los patos y las ocas y los cisnes intentaban sobrevolar las barreras que les impiden salir fuera del estanque. Los pájaros enjaulados se azotaban contra la jaula para intentar salir. Multitud de palomas sobrevuelan el lugar.

El caos, a decir de los agentes, dominaba el ambiente. La gente se arremolina en el parque, comentan lo que ocurre, pero no encuentran respuestas. ¿Cómo saber lo qué quieren y por qué, los animales "sublevados"?

¿Y si en el ayuntamiento hubiese alguna persona responsable del parque que pudiese ayudar en la respuesta o tal vez algún especialista en traducir los intereses animales? Lo consultan y hete que dos concejales se prestan a traducir las inquietudes de los animales del parque.

Se llegan, pues, hacia el lugar, con la consiguiente zozobra y nerviosismo de lo que se pueden encontrar. Una oca, conocida por la oca mayor, que parece ser la líder de lo que allí ocurre y que había leído "Rebelión en la granja", traducido en idioma animal-oquil, les dice que tienen noticias que en el ayuntamiento han aprobado, por fin, ser un concejo "libre de circos con animales", es decir, que se asume que los animales no son objeto de esclavitud y deterioro, son seres libres. Esto, dice la oca mayor, les ha parecido un acto digno de encomio que aplauden y que por lo tanto ella, en nombre de todos los animales que hay en el parque, reivindica esa libertad como un derecho extensible a ellos mismos.

Pues bien, dice, las aves del parque, que también somos animales con "derechos", en asamblea celebrada esta noche hemos acordado reivindicar nuestra total libertad y para ello es necesario que la corporación municipal apruebe con carácter de urgencia una moción en la que desaparezcan la jaula y las barreras arquitectónicas que nos impiden ser libres; que los patos, ocas y cisnes tengamos el río como entorno natural. Que los pájaros sean liberados de la jaula y dejen de ser meros objetos de contemplación para niños y niñas.

En esto estaba la oca líder, junto con los traductores del ayuntamiento, cuando un par de palomas solidarias con sus colegas del parque, se posan en el puente del estanque y anuncian que numerosos animales de la zona están en asambleas permanentes para estudiar sus reivindicaciones. Así, parece que caballos utilizados en momentos festivos para la carrera de cintas, o en equitación, están debatiendo la posibilidad de no aceptar más esa perversa, función; si quieren carrera de cintas que lo hagan en bicicleta, por ejemplo. Y que la gente ociosa, a decir de las palomas, no utilicen a los caballos para sus apuestas. Así mismo, la urgente desaparición de los bozales a los perros, ya que si muerden es en defensa propia, acusarles de lo contrario es una falacia humana, que no pueden consentir. Nada de correas a los perros, tienen que ir sueltos y libres por las calles. Perciben que no son ellos los que estorban, son los humanos, comenta un perro boxer que en ese momento se acercaba por el entorno.

Prevén, si sus reivindicaciones no son atendidas, una manifestación animal en toda la zona y una deposición masiva de excrementos en la plaza pública. La lucha animal iniciada está cansada de que solo se ocupen, en el ayuntamiento, de los planes de empleo, de la limpieza de las calles, de la reposición de aceras deterioradas, etcétera. Es la hora, manifiestan, de la libertad animal.

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