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Por el Camino

Adiós a Gelín el Zapatero

Un hombre emprendedor, trabajador incansable y querido en la villa

Ayer, en el tanatorio de Mieres, fueron incinerados los restos mortales de Ángel Fernández Pariente, "Gelín el Zapatero". Así se le conocía cariñosa y popularmente, se puede decir que en todos los ámbitos de la localidad, sin duda por las connotaciones personales y por la actividad que desplegó durante su vida, pese a las dificultades existentes.

Gelín fue figura singular en el marco urbano partiendo de su condición como joven vecino del barrio de San Pedro, donde recaló a comienzo de los cincuenta del siglo pasado, como consecuencia de la inauguración de este barrio mierense. Una enfermedad crónica en sus orígenes hizo que, desde entonces, su crecimiento fuese un obstáculo total para un normal desarrollo de su estatura puesto que, ya en plenitud, apenas sobrepasaba el metro. Pero su figura era totalmente proporcionada. Y sin embargo este defecto físico nunca fue impedimento, a modo de complejo, para su total integración en los círculos de vida. Formó parte de la famosa pandilla de jóvenes del barrio y con unos elementales estudios de primaria entró de aprendiz en una zapatería local, donde se hizo con todos los secretos de la profesión para, más tarde, instalarse por su cuenta como autónomo hasta la jubilación.

Cuidó de su madre hasta sus últimos días, fue hombre activo en la acción colectiva como gran aficionado del fútbol, colaborando con las secciones inferiores del Caudal Deportivo, fundó la Peña Caudalista "Bar la Playa" donde también desplegó actividad con el fútbol sala y mostró su carácter abierto y simpático en cualquier esfera o nivel social de Mieres. Su figura formaba parte del paisaje y paisanaje de su pueblo. El fallecimiento repentino de Gelín el Zapatero fue motivo de dolor y emoción en muchos círculos de la villa. Descanse en paz.

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