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Presidente del Club Deportivo Básico Manuel Llaneza

La piscina del futuro

Propósitos para garantizar la continuidad del Club Deportivo Básico Manuel Llaneza de Mieres

Quiero hablar de La Piscina. En realidad, quiero hablar del Club Deportivo Básico Manuel Llaneza, pero a qué un nombre tan largo si cuando usted termine de leerlo va a decir: "ah, la piscina". Pues eso.

No estaba en mis pensamientos esta instalación más que por recordar los horarios en los que poder venir a desentumecer mis articulaciones y músculos y por procurar que el rato agradable que paso cada vez que vengo, después de ese primer momento de pereza, me estimulara para volver y conseguir una rutina de sano ejercicio y charlar un rato (algo también muy saludable) con algún conocido que tengo por aquí. Pero la vida es caprichosa y, afortunadamente, sorprendente. Me encuentro ahora con la responsabilidad, el honor y, por qué no decirlo, la suerte de presidir esta asociación deportiva. Lo hago en compañía de un gran equipo. Personas vinculadas a La Piscina, socios y socias que han sido o son usuarios, deportistas, meros aficionados? a los que les diferencian muchas cosas, pero hay una que tienen en común: son personas comprometidas con el club y conocedoras de lo que aquí hay que defender.

Asumí esta responsabilidad, puedo suponer que como el resto de la junta directiva, porque creo en las posibilidades del club y en sus objetivos, porque cuenta esta casa con un buen grupo de trabajadores que no sólo son grandes profesionales, además tienen vocación. Por su entrega, merecen también esperanza para el futuro.

Pero además de todo esto, no habría dado este paso si no tuviera un par de cosas muy claras. La primera es la importancia de este club en la vida de Mieres, esto es, su historia. Desde 1988, de una forma continuada, esta instalación ha estado al servicio de los mierenses, a su disposición para la práctica del deporte como mera actividad saludable pero también para entrenamientos y disciplinas del deporte base y, en algún caso, del profesional. Hace unos años, al cumplirse los 25 de actividad, esta agrupación recibía la Placa de Oro de los galardones "Mierense del Año" porque "sus equipamientos han suplido durante años la falta de instalaciones deportivas de nuestro concejo. También han ayudado a otros equipos y clubes cediéndoles gratuitamente sus instalaciones o colaborando económicamente con publicidad o patrocinio". Ese espíritu es el que continúa.

La segunda cosa que tengo aún más clara que la primera, es que este club pertenece a sus socios y socias. Siempre ha sido así. Son muchas las personas que contribuyen a mantener todo esto y, en algunos casos, con un nivel de compromiso tan grande que sería imperdonable no responder de la misma manera. Vamos a seguir escuchando vuestras sugerencias y críticas, vuestras demandas y deseos. Y os agradecemos la confianza y el respeto que normalmente impera en las relaciones entre socios y equipos directivo y técnico. Os agradecemos especialmente vuestra comprensión en aquellos casos en que no se ha podido prestar el servicio de la forma que nos hubiese gustado o en los momento de dificultades (económicas casi siempre).

Me van a permitir que me detenga un instante. Quiero dirigirme, ahora que hablo de compromiso, a nuestra joya de la corona: el Llaneza, el equipo de natación. Cuánto trabajo y esfuerzo, cuántas alegrías con vuestros logros, qué altos representantes del deporte mierense subiéndoos a podios de las más altas competiciones y no siempre suficientemente reconocido públicamente. Gracias. Agradecimiento también a padres y a madres de los componentes del Llaneza, porque habéis hecho posible que esto sea una familia. No teneros a vosotros sería como no tener agua, el equipo de natación no podría existir.

Escribo estas líneas en La Piscina, en el piso de arriba, y me gusta lo que desde aquí se oye, ese ambiente que nos resulta tan familiar a los habituales: oigo los pitidos sobre golpes rítmicos de brazos en el agua, a algún crío que llora al tener que entrar en el vaso y las risas de los que ya están dentro, aprendiendo y disfrutando. Oigo la música que anima al pedaleo en spinning y, aún más alto, al monitor: "¡Vamos, arriba! ¡Apretamos un poco más!" que se mezcla con la música divertida de zumba cada vez que se abre la puerta del aula. Y también oigo a una chica, que ahora termina la sesión de box-cross, decir, exhausta, con un hilo de voz, que hoy la clase ha sido más dura que otras veces, que se lo ha pasado en grande? Y pienso en lo que tenemos por delante. Pienso en este reto para el que contamos con los actuales socios y con toda la gente que se quiera unir a un proyecto renovado y capaz de ilusionar. Queremos y tenemos que avanzar, manteniendo la instalación en buenas condiciones y mejorándola, modernizándola en lo que sea posible para seguir cumpliendo nuestra labor al servicio de Mieres y de la comarca.

Y me doy cuenta ahora de que hay una tercera cosa que también tengo muy clara: Llegaremos hasta donde vosotros, socios y socias, queráis llegar.

No me resisto a terminar sin recordar unas palabras de Vitos, el alma de La Piscina, que leí en este mismo diario hace unos años: "? me atrevo a ofrecerme a orientar (?) como hacían conmigo cuando, cruzando el Canal, perdía el rumbo y alguien con una brújula, desde alguna lancha que iba a mi lado, me orientaba y hacía que continuase recto a la meta." Le tomo por la palabra, Don José, siga guiándonos a meta.

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