Hace 10 años, Cajastur (ahora Liberbank) y el Gobierno del Principado de Asturias llegaron a un acuerdo para poner en marcha una iniciativa de primer orden en el mundo de la investigación. Dotar a Asturias de un centro pionero en Europa en una rama de la Inteligencia Artificial como es el Soft Computing. No se conoce lo suficiente que en este campo de la ciencia en particular, España se encuentra entre las cinco potencias mundiales, gozando de un gran prestigio internacional. La apuesta por el Centro Europeo de Soft Computing fue decidida y respaldada por una importante inversión de 6 millones de euros por parte de cada una de las dos entidades fundadoras con el objetivo de soportar el funcionamiento del centro durante los primeros cinco años.
Tras esos cinco primeros años, las aportaciones del Gobierno del Principado han sido marginales y las de Liberbank, ni siquiera eso. Pese a no ser uno de los objetivos fundacionales, en estos 10 años el Centro de Soft Computing de Mieres ha conseguido generar unos recursos propios de 6,5 millones de euros. Más de la tercera parte de ellos, gracias a proyectos con empresas que confiaron en nosotros, mejorando así también el tejido productivo asturiano. Otro tercio (es decir más de 2 millones de euros) provinieron de fondos europeos para la investigación. Dichos fondos (conseguidos en convocatorias extremadamente competitivas con otros centros de investigación y universidades de toda Europa) avalan la competitividad y excelente calidad de nuestros resultados. El reconocimiento de la excelencia de este centro europeo llegó de la mano de numerosos premios internacionales a nuestro trabajo como investigadores, a nuestra trayectoria y a la propia institución. Todo ello nos ha permitido llegar hasta aquí, extendiendo la actividad del centro respecto a cinco años inicialmente previstos, hasta duplicarlos alcanzando unos logros que pocos podían imaginar.
La plantilla, que llegó a ser de casi 50 personas, ahora sólo llega a 29 trabajadores que enfrentamos un expediente de regulación de empleo que implica 13 despidos, acordado el pasado 7 de octubre. Hasta ahora, la gestión de esta situación por parte de Liberbank y el Gobierno del Principado está siendo lamentable, con continuas demoras, aplazamientos injustificables y falta absoluta de información. A los trabajadores esto nos parece una auténtica tomadura de pelo.
Según nuestra experiencia de estos últimos años, Liberbank no tiene interés en este centro de investigación. Como entidad bancaria, es muy libre de elegir el rumbo que considere más oportuno para sus inversiones, incluso aunque eso suponga dejar a un lado campos muy cercanos a su negocio como el análisis inteligente de grandes cantidades de datos (hoy conocido como "Big data"). Usando el eslogan del propio banco, en este caso, Liberbank no corresponde (al menos en cuanto a nuestra investigación).
Por su parte, el Gobierno del Principado debería posicionarse claramente respecto a nuestro centro de investigación. Si se apuesta realmente por la investigación como motor del cambio y del nuevo modelo productivo de la sociedad asturiana debe demostrarse en este tipo de iniciativas. En la situación a la que hemos llegado, no nos basta con una ayuda puntual que posponga el problema durante unos pocos meses. Demandamos un plan plurianual para poder continuar con nuestra actividad.
Desde que el centro se fundó, nuestros patronos conocían que este momento llegaría y no han hecho nada por evitarlo, se han limitado a mirar para otro lado y dejar pasar el tiempo como si no fuese su responsabilidad. Hay que decidir si se apuesta definitivamente por la investigación y los beneficios que ésta reporta a medio y largo plazo. Liberbank y el Gobierno del Principado de Asturias, últimos responsables del futuro inmediato del centro, tienen la palabra.
