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Cosas de Duke

Marcelino M. González

Imagina

Hacer belleza, realzar los sentimientos, rendir un último homenaje a los infortunados a quienes el destino quiso llevar allí cuando los locos decidieron sembrar el horror llenando de cadáveres el centro de la ciudad de la luz. "Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo será uno solo". De toda la tragedia que causaron los asesinos descerebrados en la noche parisina del viernes, 13 de noviembre, ese será mi recuerdo para el futuro. En la noche de la incredulidad, del pánico y el temor en todo occidente. Era sábado, el día después, y un hombre, conduciendo un ciclomotor, se dirige hacia las inmediaciones de la sala de fiestas donde habían sido asesinadas más de ochenta personas, jóvenes en su mayoría. Transporta un piano sobre un remolque enganchado a su moto. Se para frente al infausto lugar, descarga el piano y comienza a teclear las bellas y tristes notas de su particular "Imagine", la canción estandarte de los pacíficos, el himno internacional de la paz. Y los ciudadanos que están allí, en silencio, colocando ramos de flores y velas encendidas en un sentido acto de recuerdo a las víctimas, se paran y escuchan con recogimiento la hermosa melodía interpretada por un anónimo desde lo más profundo de su ser. "Nada por lo que matar o morir, ni tampoco religión. Imagina a todo el mundo, viviendo la vida en paz".

John Lennon, víctima también de la locura y la sinrazón ya hace casi 35 años, se habrá regocijado con esta escena desde su celestial paraíso. Como también lo habrá hecho contemplando a los espectadores del Estadio parisino donde se jugaba un amistoso entre franceses y alemanes, público que de forma espontánea comenzó a entonar "La Marsellesa", su himno nacional. Lo mismo que hizo de manera improvisada Plácido Domingo en un teatro de la Gran Manzana. Lo mismo que hicieron millones de personas en todo el mundo, expresando de alguna forma que ellos también estaban en Pataclán. Como hace once meses eran Charlie Ebdó, ante la anterior locura de los malditos asesinos. Mientras unos adjudican responsabilidades, otros se reconfortan con esto. Con un hombre anónimo sentado al piano. "Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo?". (John Lennon).

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