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Desde mi Mieres del Camino

La tonada minera, una riqueza sin explotar

La necesidad de impulsar iniciativas que reivindiquen la canción asturiana ligada a la minería del carbón

Tiempos de recuerdo mineros, de actos conmemorativos en torno a la patrona Santa Bárbara, de ecos nostálgicos que "airean" el declive de la Asturias del carbón y vientos que señalan la casi total nulidad de unas compensaciones derivadas del mandato visceral y vertical de los poderes fácticos de nuestra unión con Europa. No es lamento, es ya la triste realidad del día a día.

Santa Bárbara trae a Mieres, una vez más, de la mano de su Asociación Cultural y Minera, esas sensaciones, a través de su programa de actos tal como hacen otras agrupaciones en la piel de las comarcas asturianas, llamadas a mantener vivo el pasado.

A la mente viene, musicalmente hablando, una pincelada que también forma parte de la historia, y que quedó señalada, con el dedo de la oportunidad de cara al futuro, a través de un acto programado para la tarde de ayer en el Centro Social de Personas Mayores de Mieres, con la conferencia a cargo del intérprete José Manuel García, quién posteriormente tenía previsto interpretar obras conocidas, acompañado de las cantantes Liliana Castañón y Patricia Pariente.

En su estudio y exposición José Manuel García revive el sentimiento que abrazó el trabajo de la mina adornado por los sabores de la tonada asturiana, con obras e intérpretes que están en la mente de todos. Y abarca toda una época que en síntesis se define, musicalmente hablando, entre "A la Pipiona" hasta "Porqué s´acaba el carbón", con todos sus años -casi dos siglos-, su espíritu y su alma minera.

Revivir ahora el lamento que encierra la conocida canción de "Santa Bárbara bendita y la tragedia del pozo María Luisa", una triste tonada popular y emblemática para la gran familia minera, es de obligado cumplimiento, cuando precisamente, en ella se evoca la figura de la Santa y se puede "bautizar" como el himno minero por excelencia. Señalan los recientes hechos que Hunosa se esforzó por mantener en alza este estilo del cante asturiano que tanto cultivo tuvo en los tiempos florecientes de la extracción del mineral, algo por lo que, justo sería dejar santo y seña permanentes para la historia. Por lo tanto quizá sea necesario reavivar más ese fuego sagrado.

Decir ahora, como señala el investigador e intérprete José Manuel García, que "el futuro de este municipio pasa por mantener vivo el respeto, la reflexión, la investigación, el reconocimiento y el amor por una seña de identidad de tales características, como pueden ser "les tonaes de la mina" nos parece de elemental sentido orientativo para establecer la identificación de las cuencas mineras asturianas en el mapa español .

Recordar una pequeña señal de "A la Pipiona", que Ángel González "El Maragatu", cantó a la primera mina de Laviana, da la sensación de que se recoge una cortina de viento fresco: "Con el hacho y el candil / y la regadera picona / va el mío Pacho a trabajar / el lunes a la Pipiona. A la Pipiona / A la Pipiona madre / a la Pipiona / porque me dan castañes / lleche y borona".

Como se suele decir en el argot coloquial de cualquier tiempo, a Xuacu el de Sama había que echar de comer aparte con su "Viva la xente minera". "Todos gastamos boina / los mineros del Fondón / todos gastamos boina /con un lletreru que diz / todo sale de la mina". También Ataulfo Lada Camblor con su "En picando y en forando". "En picando y en forando / y en poniendo la madera / y echando el carbón el güaje / ya puedo salir pa fuera". El propio José Manuel García contribuyó a popularizar "Gasto como buen minero", en la que se deja constancia: "Gasto como buen minero / lámpara de gasolina / mángola colgá del cuellu / y baxo cantando a la mina / Que bien queda nun minero / baxar cantando a la xaula / señal de que nun-y teme / la faena que-y aguarda".

De todas formas existe un testimonio de primer orden que, indudablemente marcó época, conciencia y hasta fama allende fronteras comarcales e incluso mares. Y fue la figura de José González "El Presi" cuya trayectoria trascendió fuera del marco asturiano, por su polifacético estilo y su variedad de repertorio. Fue, al margen de los históricos "los cuatro Ases" y el Almirante Juanín de Mieres, por citar, los más significativos, quién supo llevar la canción asturiana hasta límites insospechados, y con ella una obra que retrata, como ninguna, la realidad vivida en tiempos difíciles cuando la juventud se marcaba metas de futuro inmediato: Su interpretación de "Si yo fuera picador".

Esta extraordinaria obra, perfecta en su concepción musical, guarda un contenido humano y trágico que en su lamento y en voz alineada, puede, como se suele decir, poner los pelos de punta. Ya al comienzo, la ilusión. "Si yo fuera picador / cantaba un guaje en la mina". Luego el deseo: "Si yo fuera picador / a mi amor le compraría / collar de rojos corales / engarzado en plata fina". Le seguía la realidad de una primera juventud : "Quince años como quince / cartuchos de dinamita / con el fuego del grisú / ardiendo en la sangre arisca / por el amor de una moza / que de su amor no sabía". Y el recuerdo de su antecesor: "De tu padre entibador / la herencia fue exigua; / una lámpara apagada / las huellas de una caricia / y un reloj que aún marcaba / las cinco y media del día / en que el grisú vino al tajo / hambriento de carne viva". Y a continuar la faena: "Echaste a andar el reloj / la lámpara fue encendida / y bocamina adelante / subiste a la sobreguía / con el alba a las espaldas / y la noche en las pupilas". "Si yo fuera picador?.

Y por fin, la tragedia: "Y el cantar se quebró / como el junco en la ventisca / y otra vez aquel reloj / quedó con las manecillas / marcando otras cinco y media / las cinco y media fatídicas. Cuatro mineros le llevan / a cuestas por la colina/ cuatrocientos le dan guardia / con lámparas encendidas". "Y al cruzar por la quintana / donde su amor florecía / la moza dice el cantar/ con la voz de lágrima viva. Non me pudiste comprar / collar de rojos corales / pero pondré el que me hiciste / con las gotas de tu sangre".

Como cierre la amarga realidad de nuestros días, personificada en "Porque s´acaba ´l carbón / tan llorando los mineros / y na mina Nicolasa / ya nun s´oyen barrenos". Conviene aclarar que el Pozo San Nicolás es uno de los pocos que aún mantienen en pie su actividad.

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