La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde la Meseta

Más de 100 años

¿Recuerdan el chiste de aquel que va a coger un autobús de dos pisos y como no hay sitio en la primera planta le mandan subir a la de arriba, sube, baja enseguida y le dice al cobrador: "arriba va su padre, sin conductor"? Bueno, pues casi ahora nos ocurre lo mismo.

Un coche va desde Galicia a Madrid sin conductor, ¿verdad que lo ha leído usted e incluso vio imágenes de tal hecho histórico por televisión?. ¡La madre que los parió, de lo que la técnica es capaz de hacer!

Con lo que a mi me gusta conducir: ahora voy más aprisa, después despacio, cambio de velocidad, eso, ahora llevo yo el coche a mi aire y no que sea el coche el que me lleve a mi. Decían que podía usar el móvil. Bueno, y hasta echar una partida al parchís con el copiloto y los viajeros de atrás.

Hace unos días me llamó un pariente desde Asturias y me preguntó cuándo iba a verle. Le dije: "cuando tenga un poco más de seguridad con el coche, me acerco a verte". A lo que me respondió: "no, no vengas en coche. Ven en el tren, ahora son menos horas, subes en Madrid y le dices al maquinista "Manolo, llévame a Oviedo" y él en un plis-plas te deja en la calle de Uría. Quizá tenga razón, pero a mi me gusta mucho conducir. Son muchos años, desde abril de 1968 que saqué el carné.

Así que, entre un maquinista que lleva cómodamente de estación a estación, y si espero quizá un par de años, un coche me lleve "solo" de puerta a puerta, la verdad es que no se que es mejor o peor.

La cosa es que cada vez nos hacemos más vagos: "que trabaje ruton en el hogar", decía aquel dicho cuando salió la primera aspiradora hace años.

Compartir el artículo

stats