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Exalcalde de Mieres

A vueltas con el Soft Computing

El debate sobre el futuro del centro de investigación de Mieres

He asistido al Pleno de la Junta General del Principado, en el que se debatía sobre el cierre del Centro Europeo de Soft Computing, con sede en el campus de Mieres, y mi decepción ante las intervenciones de los distintos diputados fue total.

Hubo de todo; desde los que desconocían que uno de los patronos era la Fundación Cajastur y no Liberbank, pasando por los que consideraron dinero tirado el invertido hasta ahora en el centro, hasta los que adoptaron la actitud hipócrita de pretender ignorar el motivo del abandono del mismo por parte de la Fundación... sin olvidar la postura patética de los que se encontraron en el brete de rechazar el cierre, sin criticar a nadie; hubo de todo, y nada de ello aceptable. Si esperaba alguna solución, o propuesta razonable, la culpa es solo mía, por ingenuo.

Analizando, uno por uno, los argumentos que allí se esgrimieron, trataré de matizar y aclarar, si es posible, la inconsistencia de los mismos.

No se puede considerar que esté perdido ni un solo euro de los invertidos en el Centro Europeo porque, mientras funcionó, obtuvo resultados. Pretender que éstos sanearan las cuentas de forma inmediata es no entender lo que significa el I+D, cuyos beneficios para el país se producen a lo largo de los años, de muchos años. Salvo que volvamos a los tiempos del "que inventen ellos"; que me parece que sí, que volvemos.

El argumento de trasladar las responsabilidades a los demás, quedándose con el "¿Y nosotros que vamos a hacer?", es una indignidad, por falsa, que no se merecen los asturianos ni las personalidades científicas que apuestan por el Soft Computing.

Hay que dejar muy claro, para entender lo que se puede hacer, que Liberbank no es el patrono del Centro Europeo. El patrono es la Fundación Cajastur, que posee acciones del banco Liberbank -algo menos de la mitad del total- y que, como fundación, tiene definido por estatutos el destino de los beneficios que obtenga de esa participación. Así pues, no es Liberbank quien toma la decisión de abandonar y abocar al cierre al Centro de Soft Computing, sino la Fundación Cajastur, en cuyo patronato están unas personas que fueron nombradas, a propuesta del presidente de Cajastur, por el último y fenecido consejo de administración de ésta. Ese consejo de administración estaba formado por representantes de los cuatro partidos políticos que entonces tenían presencia en la Administración Asturiana y de los sindicatos con presencia en la Caja.

Así se entenderá por qué digo que, el otro día, salvo dos partidos políticos, nadie debería poder decir en el Pleno de la Junta que no sabía el motivo de la renuncia de la Fundación Cajastur a contribuir a los gastos del Centro Europeo. El que no lo sabe soy yo, y más ciudadanos. ¿O, tal vez, hubo una rebelión interna y el consenso con el que se creó el patronato de la Fundación Cajastur desapareció? No lo creo.

El patronato de la Fundación Cajastur esta formado por personalidades de prestigio reconocido en el mundo científico, económico y empresarial; me cuesta creer que hayan tomado una decisión tan poco en consonancia con sus conocimientos.

Pienso que se deberían explicar los motivos de esa deserción. Puede, y debe, gestionar el gobierno regional la presencia y aportación de la Fundación Cajastur en el Centro. A lo largo de los años, la complicidad y actuaciones en común entre la desaparecida Cajastur y las Administraciones asturianas fue total; la actual Fundación es la heredera de la antigua Cajastur, de carácter público, con los matices que se quiera, y por tanto de los asturianos.

¿Estuvo vetada en algún momento la entrada como patrono del Centro de Soft Computing de alguna otra fundación bancaria?

Lamento la impresión que se haya llevado el señor Trillas del desarrollo de la sesión en la Junta, dado el interés que muestra en que no se cierre el Centro. Con su contribución y prestigio, junto con el profesor Zadeh, habían conseguido el reconocimiento internacional del Soft Computing de Mieres; ahora se va todo al traste. Nulo interés por la investigación en Asturias, nulo interés por la modernización de las Cuencas. El pueblo se muestra muy tranquilo, tal vez por desconocimiento de lo que esto significa.

La ironía, no descartable, sería que una iniciativa similar a ésta se estableciera en otro lugar de esta región. Ya estamos acostumbrados.

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