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Miranda y su entusiasmo

El entusiasmo por las cosas cotidianas es el arma que movía a José Miranda Torre. Por eso siempre estaba agarrado a esa cualidad, circunstancia que le daba acción, movimiento, iniciativa, empuje y parlamento? Y de esa manera organizaba encuentros, formaba comisiones, estaba siempre unido al verbo hacer y era un organizador en el ámbito festivo de su entorno El Carbayu en los altos langreanos.

Su muerte súbita causó enorme consternación en el concejo de Langreo, especialmente en el distrito samense donde tenía su actividad burocrática y amistosa? Un personaje popular y callejero con su carpeta bajo el brazo y esa conducta diligente, apresurada, solícita y eficaz que se observaba en su semblante.

Miranda es de esas personas necesarias en una sociedad que busca la participación y el consenso en cualquier materia. Su pasión eran las actividades lúdicas y festivas y en su rincón de El Carbayu organizó festejos y actos de nombradía durante lustros que dieron fama y prestigio a ese entorno mariano y patronal con la Virgen como orientadora de sus afanes atareados y laboriosos.

Después de mucho esfuerzo de hombre festero tomó la iniciativa de llevar las riendas del vetusto casino de "La Montera" de Sama, una institución histórica y emblema de todo un pueblo. Su lema era rescatar a una sociedad cultural y recreativa, un tanto dormida, y darle el esplendor de otro tiempo. Ahí volvía el entusiasmo de siempre y sus intentos siguieron esa senda positiva y compleja? Apenas le dio tiempo pues su fanatismo bien entendido y su apasionamiento quedaron truncados por una muerte inesperada e impotente. La convulsión en la Sociedad de Festejos Santiago de Sama le causó hondo pesar y no entendía todos los problemas surgidos en esa agrupación centenaria donde él puso también su grano de arena y de ilusión para que ese tipo de corporaciones mantuvieran el carácter y el estilo para el que fueron fundadas.

Con el fallecimiento de José Miranda Torre se va una manera de contribuir a la festividad comunitaria, un modo de ver la vida en sociedad, un saber adecuado para el festejo popular y ese golpe de mando para llevar las riendas de una sociedad amistosa, directa y cercana donde la bulla, el folclore y la fiesta fueran los protagonistas? José Miranda Torre, de patronímicos con base local, vivía dentro de su entusiasmo, esa acción intrínseca que convierte a personas como él en baluartes de los hechos sencillos y próximos. Y está visto que sin esos atributos tan naturales poco se consigue. Langreo hoy está de duelo sereno por el óbito de una persona cabal, tranquila, ligera de acción y participativa, que algunas veces parecía que se multiplicaba por esa actividad compulsiva que a la postre sólo buscaba el bien plácido de toda la comunidad. Y La Virgen del Carbayu, a estas horas, sigue sollozando por la pérdida de un hombre bueno y afectivo.

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