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A mi aire

Indecisión

Las conversaciones de mercado y las próximas elecciones generales

Mañana de mercado en Langreo, día soleado para callejear, con un público abigarrado que disfruta de estas vísperas navideñas entre parada aquí, y allí, en búsqueda de algo que le pueda interesar, aunque simplemente hayan salido a expansionar un poco para liberarse de la diaria rutina que nos atrapa.

A provecho el "viaje", antes de entrar en harina, para decir que los mercados actuales nada tienen que ver con los de mis años mozos, con gentes que venían de todo Asturias, e incluso de provincias limítrofes, con mercancías variadas, incluidos adivinos, titiriteros, vendedores de ungüentos milagrosos, o charlatanes que con su verbo fácil cautivaban a los paseantes.

Lo actual resulta mala fotocopia los unos de los otros, con poca gracia, y siempre más de lo mismo.

Dada la época electoral, los partidos ya tienen montadas sus mesas para el habitual reparto de su propaganda para tratar de convencer a algunos indecisos, aunque reitero mis dudas en este aspecto.

Voy caminado detrás de dos mujeres que recogen la propaganda que les ofrecen, lo que les da pie a iniciar conversación, y que uno, dado el tema, la sigue con atención.

Deben de tener confianza entre ellas, pues una le pregunta a la otra ¿vas a ir a votar? ¡ni hablar!, responde con rotundidad, "aunque como diz el mi Ramón, igual si no lo faigo, igual ganen los otros, así que tá metiéndome en dudes".

La otra tampoco está muy convencida, "son toos iguales", apostilla, y también va a esperar por si Carlos y ella se animen.

Ignoro si esto será algo común a la hora de acercarse, o no, a las urnas, pero me da que puede ser algo generalizado, todo ello debido a la falta de ilusión, desafección, cansancio, y repetido incumplimiento de promesas que el viento se suele llevar.

Lo cierto es que fueron bastante prudentes, dado que se guardaron muy bien quien eran los "suyos", y quien los "otros" que les repateaban, por lo que al final me quedé con las ganas de saber la conclusión de la película, así que para una vez que me decido a poner la oreja para escuchar conversación ajena, eso si, en público, y abierta a cualquier paseante -por si acasu- el final se quedó en el aire, aunque con la convicción de que hay muchos preguntándose ¿a quien?

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