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Panza arriba

De voto en voto

La campaña electoral y el reparto de propaganda de los partidos

Hace un par de fines de semana marché al certamen del quesu Los Beyos. A Ponga. Llevamos más de treinta años acercándonos por allí. Por la sensación de estar apartado del mundo. O de estar en su mismo centro. Este año, coincidió con el arranque de la campaña electoral. El concejo en armas. Normal. En el ayuntamiento gobierna el PSOE, con el apoyo del único concejal del PP. La justicia se había cepillado a su alcalde anterior, del Foro. En las últimas presentó a su mujer. Y, sin el pacto PP-PSOE, la ilustre familia se habría reído de la justicia, con el apoyo de un buen número de ponguetos. Es lo de siempre: se presentaba Jesús Gil y también lo votaban, se presenta Belén Esteban y seguro que arrasa, se presenta Cascos y hasta Cherines defiende su gestión. Ver para creer.

Por eso, el arranque de campaña en Ponga tenía su encanto. Ahora, el PP y el Foro, van juntos de la mano. Juntos, pero no revueltos. En Ponga se palpaba la tensión. Los del PP con el vicealcalde que pactó con el PSOE. Los del Foro con la alcaldesa esposa del alcalde que lo fuera. Los del PSOE, besos y abrazos. La alcaldesa, exultante. Los subió a todos al escenario. Para la foto de familia. Los que pusieron cara de risa para la foto, salieron guapos. Los que pusieron cara de perru, salieron con cara de perru.

Este sábado pasado, una chica encantadora me dio propaganda del PP delante del Teatro Campoamor. Como le sonreí y le di las gracias, me dijo: "Ah, eres simpatizante del PP". Le dije que sí, simpatizante del PP de Ponga y del PP de Teberga. Se quedó encantada. No lo entendió. Quizá debería haberle dicho que son los dos casos que mejor conozco. El del PP de Ponga que da la alcaldía al PSOE y el del PP de Teberga que se la da a IU. También conozco un poco al PP de Mieres. Pero como también vosotros lo conocéis, no es necesario que os diga nada. Además, con este artículo está escrito en castellano, lo entienden. Si en vez de "artículo" escribiera "artículu", no lo entenderían.

Un poco más allá, en la esquina del edificio de la Jirafa, un chico igualmente encantador me dio propaganda de Podemos. Estaban sentados a lo largo de una mesa un montón de ellos. Algunos conocidos. En su casa, pero conocidos. En plan "atropa la calle". Sonaban de fondo canciones de excursión de hace años. No me preguntaron nada y nada les dije. También les sonreí y les di las gracias, pero no me debieron de ver ninguna pinta de simpatizante. El chico llevaba pañuelo anudado al cuello tipo Chus Pedro. Yo, pashmina de lana que acababa de comprar en Parfois. Él parecía el Che Guevara en un anuncio de desodorante. Yo, la reina de Saba en una coproducción de Hollywood.

Esa misma pashmina me libró de que me dieran propaganda del PSOE. Una chica lo intentó. Me miró. Dudó. Y, ya se sabe, el que duda, pierde. Me metí en La Escandalera, saqué el coche y me vine para Mieres. En la Casa de Cultura tocaba mitin de IU. Tampoco me ofrecieron propaganda. Seguro que porque sabían que lo iba a contar en el periódico. Pues, mira, lo cuento: no me dieron propaganda. Se atrevieron cuando las elecciones municipales. Y, entonces, el mitin se lo di yo. Ganas tenía: un grupo de jubilados anticipados de Hunosa gobernándonos y no aprobando que los trabajadores del ayuntamiento puedan jubilarse también anticipadamente. Para dar paso a la juventud. Simplemente. ¿Qué hacemos nosotros, vieyos y repunantes, trabajando a estas alturas de la vida en un concejo en el que todos los de mi edad llevan 15 años prejubilados? Y, algunos, para entretenerse, se presentan a las elecciones. En todos los partidos los tenemos. No hay alternativa ninguna de cambio.

Nos quedan pocas horas de publicidad. Unas horas de competencia despiadada con colonias, relojes, cremas facciales, consolas, minipímeres, teles de plasma, cafeteras instantáneas, almohadillas para cervicales, cocacolas happy? Ni caso. Quedaron por propagandearme los de Ciudadanos. No los vi por ningún lado. Ni en Ponga. No les gustará el quesu. Casi seguro.

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