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Desde Bembereke

Un día cualquiera

Algo raro pasa cuando en Asturias hace calor en diciembre y en Benín pasan frío

Los días van pasando lentamente, nuestros cuerpos van aclimatándose poco a poco al nuevo territorio que pisan a diario y a la vez reconocen lo difícil que es sobrevivir en ellos, porque en esta zona del mundo ahora estamos en la época seca, toda vez que las lluvias solo llegan unos 3 meses al año durante los meses de julio, agosto y septiembre y finalizado ese periodo un gran sol se hace dueño del cielo y reina a su antojo y sin piedad, sin que nada se atreva a hacerle sombra, solo a principios de año, una especie de tormenta de arena proveniente del Sahara, que aquí llaman Armatan, se atreve a nublar el imperio de Sol.

Pues bien, este año el Armatan se ha adelantado y una densa capa de arena fina sobrevuela la atmosfera haciendo más difícil aún la vida por estos lugares y con ello nos ha sobrevenido una importante bajada de la temperatura, que alguna madrugada nos ha llegado a tener a 16 grados de temperatura.

Esto que puede parecer una temperatura incluso agradable para la noche, aquí para los que habitan estos lugares es frio y hace que salgan con rostros compungidos que delatan que esta temperatura no es normal y que con ella lo pasan mal.

Hemos de tener en cuenta que a mediodía la temperatura puede superar los 35 grados, por eso la bajada puede suponer un cambio de más de 20 grados, lo cual para cuerpos mal nutridos y que además carecen del necesario abrigo para combatirlo, supone un mal rato y muchos enfriamientos.

Yo este adelanto del Armatan y esa considerable bajada de la temperatura es la primera vez que la vivo por aquí y he de reconocer que nos ha cogido de improviso, otros años nos comentan los misioneros que este fenómeno llega a principios de año, pero como todo esta cambiado, este año se ha adelantado y nos ha cogido a todos sin avisar.

Este fenómeno atmosférico y su consiguiente cambio climático coincide con algo que me dicen que ha pasado en Asturias, en donde las temperaturas y el tiempo se han empeñado en cambiar y en subir y hacer que este mes de diciembre alcance temperaturas que no se recordaban en mucho tiempo.

Sin duda, todo esto no es muy normal, algo está pasando en nuestro medio ambiente para que en Asturias haya altas temperaturas en diciembre y en Bembereke hayan bajado tanto, quizás sea un simple ciclo climático que se produce cada muchos años o quizás no.

Sobre esto, cuando nosotros iniciábamos el viaje, se reunían en Paris para tratar del cambio climático, que ya todo el mundo parece reconocer, todos los dirigentes mundiales y aunque no lo he podido seguir mucho estoy seguro de que firmarían un rimbombante documento, en donde establecerían unos grandilocuentes objetivos, que luego nadie va a cumplir, lo digo porque ya paso en Kioto y no creo que Paris vaya a ser mejor.

En cualquier caso, de poco va a servir y les cuento mi experiencia aquí en lo que hemos dado en llamar tercer mundo y en uno de los países más pobres del globo.

En Cotonou o Paraku, dos poblaciones importantes de este país, el taxi más utilizado en una moto pequeña ( tipo Vespino ) que utiliza gasolina como carburante y que se vende en cualquier lugar en recipientes de cristal, es decir sin ningún control y que hace que por sus tubos de escape salga una larga y negra nube de humo, pero esto es lo de menos, pues los taxis son viejos y desvencijados Toyotas tipo Ranchera y de los camiones no les hablo, algunos creo que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial y estos ya no les cuento la nube de humo negro que sale por sus tubos de escape.

Que alguien me explique de que sirve todas las medidas que dicen tomarse en el primer mundo para evitar la contaminación atmosférica ( cambio de coche por otros más ecológicos, medidas de control en la circulación de las grandes ciudades, control de las emisiones de la industrias? ) si a lo que hemos dado en llamar tercer mundo luego enviamos una parte de los coches y vehículos pesados que a nosotros no nos sirven y que es indudable que al no tener el cuidado necesario van a estar emitiendo nubes y nubes de humo negro, como si esa emisiones no fueran a la misma atmosfera que tenemos todos.

El otro día, en el incansable todoterreno de nuestros misioneros nos toco ir detrás de uno de esos camiones que les comento, por cierto este era de un circo y todavía tenía sus carteles, y la nube que despedía por su tubo de escape era tan negra y toxica que nos obligo a todos a taparnos la boca. Si esto sucede con Vespinos, coches y camiones, ya me contarán con la Industria pesada, no lo quiero ni imaginar.

El caso, es que nos vendamos los ojos para no ver la cruda y cruel realidad de los países más pobres y menos avanzados del mundo y en vez de ayudarlos en un desarrollo ordenado y sostenible, los condenamos a que utilicen todo lo que a nosotros nos sobra ( coches, camiones, autobuses) y que desechamos por no ser ecológicamente sostenible en nuestro medio ambiente, para que lo utilicen en otros lugares sin ningún orden ni control y contaminen su medio ambiente, como si no hubiera un solo medio ambiente, el de todos, igual que un solo mundo y no un tercer mundo, como hemos dado en llamar a esta parte del mundo que vive en condiciones de miseria y pobreza que no deberíamos de permitir, aunque solo sea simplemente por un poco de consideración con la raza humana y la madre tierra en la que habita.

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