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Dando la lata

Calor

Este medio secular organismo está configurado para adaptarse a las cuatro estaciones del año, motivo por el cual se encuentra un tanto descompaginado con estos extemporáneos calores, más propios de primeros de junio que de finales de diciembre. Unos calores que tuvieron su gracia los primeros días, con la gente en las calles y las terrazas de bote en bote, pero que ahora ya resultan bastante cargantes. Y me siento raro, mal a gusto, desubicado, como les ocurre a los cientos de pajarillos que alborotan en el Campo de San Francisco al no poder dormir con tanto calor. Ya tenía cuerpo y mente preparados para el frío y está situación me tiene desconcertado. Reconozco que en el plano económico este desajuste climático me viene muy bien al poder mantener la calefacción apagada, que no es un tema menor. Pero este veranillo prenavideño, esto de mirar qué temperatura hace y volver a mirar el termómetro por si te has equivocado, esto de poner el pie en la calle y darte cuenta de que te sobra la mitad de la ropa, esto de tomar un helado de postre porque es lo que te pide el cuerpo, esto de sudar como un pollo en la cama y salir de madrugada a la terraza buscando un poco de fresco, se hace difícil de asimilar. Y el viento sur, el endemoniado viento sur que echa al monte a los anormales de mechero y gasolina. Donde debería haber un cremoso manto blanco hoy tenemos fuego, humo y olor a chamusquina y muerte. Que llueva, que nieve, que busquemos caldos, bufandas y guantes, que pueda quejarme del frío, que mi cuerpo no tenga problemas a la hora de identificar la altura de año que transita. El clima de Canarias está muy bien en Canarias. Aquí, que vuelva el tiempo de aquí.

Piedad para los comercios de moda, que ya no saben qué ropa lucir en los escaparates, y para las estaciones de esquí, los vendedores de calefactores y demás víctimas de este tiempo desquiciado. Que el invierno sea invierno. Y que la lluvia, la nieve y el frío congelen definitivamente a los pirómanos, ya que con los medios humanos somos incapaces de retirarlos de la circulación.

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