Manda bemoles el guirigay que montan algunos por la presencia de un bebé y unas rastas en plan jamaicano en el Congreso. Qué importancia tiene que a un diputado le vaya la estética Bob Marley. Allá él y el latazo que debe de ser mantener ese pelo en condiciones. Pero ahí estaba Villalobos, presta a soltar la majadería de turno. Que uno se pregunta cómo es posible que esa señora siga siendo diputada, qué agarraderas ha de tener para que, diciendo lo que dice y haciendo lo que hace, su partido la mantenga en los puestos vip de las listas electorales. Eso es llevar lo de conservador a unos extremos peligrosos, hacia lo rancio que ya huele a podrido.
Y si lo que la señora Bescansa buscaba era captar la atención general al comparecer con su hijo en brazos, por más que afuera esperase la niñera y tuviera a su disposición una guardería, a fe que lo consiguió. La bancada de la derecha se encargó de darle máxima repercusión a algo ciertamente intrascendente, haciéndole el caldo gordo a la nueva señoría de Podemos. Si es que no hay más que mover un poquito el sedal para que muerdan el anzuelo. Y qué manera de sacar de quicio una situación que no debería tener nada de extraño. Ni que en el Congreso estuviera prohibido el acceso de menores. O que el bebé pudiera traumatizarse viendo y oyendo lo que allí se hace y se dice. Con absoluta seguridad, de todos los presentes en la sala, el único inocente del todo, que no guarda cadáveres en los armarios, que no ha propinado puñaladas por la espalda, que no tiene nada que ocultar, era el pequeño Bescansa.
Vaya manera de dar comienzo a la legislatura: unos poniendo el grito en el cielo por un bebé y unas rastas y otros prometiendo el cargo como les sale de las narices; unos permitiendo ser representados por imputados y carcundia y otros pretendiendo que cuele esa historia de que son uno y cuatro a la vez, superando así el record de la Santísima Trinidad.
En verdad que, si sus señorías consiguen que no nos vayamos todos a la mierda, la legislatura promete grandes dosis de entretenimiento.
