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Cosas de Duke

Marcelino M. González

Campo de maniobras

Las idas y vueltas de los tres partidos más votados en los últimos comicios se están convirtiendo en un espectáculo digno de los mejores tiempos del celuloide. Un campo de maniobras en el que todos disparan con posta, y a quien pillen por delante, ya saben, que no se hubiera puesto, o en román paladino "que se joda". Pese a su flagrante fracaso electoral, Sánchez no ha parado de decir que este es el tiempo de Rajoy para que se presente como candidato a la presidencia, al tiempo que anuncia un no rotundo en el acto de investidura sabiendo que ese no, junto al de Podemos y el resto de la izquierda, supondría forzosamente el fracaso de Mariano y que el Rey le proponga como candidato. Pero Pedro se ha llevado una sorpresa morrocotuda cuando el Presidente en funciones declinó la oferta Real a presentarse para ser investido dado que está seguro que no tiene el respaldo suficiente para ello. De forma que la patata caliente está ahora en manos del secretario de los socialistas. Y quema, porque tras la nueva ronda de consultas será él mismo el propuesto por Felipe VI. De forma que, dependiendo de los apoyos que consiga y de la bajada de pantalones que efectúe para pactar, llegaremos a un estado de las cosas en que Pedro decline, como Mariano, o se haga con el voto favorable de la mayoría simple de diputados, e incluso de la absoluta si es que al final pasa por aquello del referéndum en Cataluña.

En el primer caso nos encontraríamos ante la inevitable convocatoria de nuevas elecciones, y en el segundo ante un país ingobernable puesto que cualquier norma que saliera aprobada de un Congreso de izquierdas se encontraría con el veto de un Senado que dispone de una absoluta mayoría popular. Es decir, ante un desastre desconocido en los anales de nuestra joven democracia, ante un derrumbamiento de los socialistas que posiblemente serían fagocitados por los de Pablo Iglesias y, en definitiva, ante una legislatura efímera y convertida en un campo de maniobras plagado de minas, zancadillas y la que te rondaré morena. Esto es algo que saben y temen los denominados varones del partido socialista y es lo que deseamos que no ocurra porque el PSOE es necesario, pese a Pedro Sánchez, y por el bien del país.

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