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Desde mi atalaya turonesa

Un turonés universal

El periodista Zoilo Gutiérrez Martínez de Vega vivió los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX en América Latina

El día 11 de febrero de 1956, recién desayunado, me encontraba en La Felguera (Turón) esperando el autobús cuando un joven de unos veinte años de edad se acercó a mí con un sobre en la mano: "Manolo, ¿vas para Oviedo?". "Sí"-le respondí. "Entonces, ¿me puedes entregar este artículo en la sede de LA NUEVA ESPAÑA? Le aseguré que no se preocupara, que así lo haría.

Quién se expresaba en tales términos era mi padre cuya anécdota le oí comentar en repetidas ocasiones. El caso es que mi progenitor solía viajar a Oviedo con cierta frecuencia para surtir de paños y otros complementos (forros, entretelas, botones, etc) su sastrería de El Fabar. Eran tiempos en que, la población, empleada en su mayoría en las labores mineras, iba superando las calamidades ocasionadas por la pasada guerra. El contacto con la capital solía realizarse desplazándose hasta Figaredo en autocar y desde allí a través del ferrocarril Vasco-Asturiano con locomotoras de vapor y vagones de madera atestados siempre de mercancías y viajeros. Ese chico que le abordó en la acera del comercio de Leonor aquella mañana de invierno, aunque nacido en El Lago, había realizado sus estudios fuera de Turón y, casualmente, doce años más tarde, se encuentra como delegado de la agencia "Efe" en Colombia cubriendo la información con motivo de la estancia de Pablo VI, en el congreso de Obispos de Medellín donde se gestó la llamada "Teología de la Liberación".

Personalmente, creo que ya sentí curiosidad por esta persona desde aquellos años en que siendo un niño sentado a la puerta de la sastrería de mi padre lo veía pasar por la carretera hacia La Veguina. Recuerdo, también de esa época, a sus hermanos Fredo, Nito y Pili que vivían en El Lago junto a su madre Marina, ya viuda por entonces de Benigno de San Justo. Pero, ¿quién era en realidad Zoilo Gutiérrez Martínez de Vega, que así se llamaba el personaje? En los últimos lustros del siglo pasado, cuando inicié mi particular andadura sobre el acontecer de este valle, consideré que había llegado el momento de profundizar en algunos puntos de su vida, de los que ya tenía ciertas referencias por las noticias que, periódicamente, su hermano Fredo le contaba a mi padre, y aquella curiosidad con el tiempo se fue transformando en admiración por su figura. Hoy, en las líneas que siguen, tendremos el privilegio de desarrollar los aspectos culminantes de su impresionante biografía.

Zoilo completó en la postguerra un formidable bachillerato de manos de los dominicos del Monasterio de Corias. A los dieciocho años, después de comenzar los estudios de Filosofía en Caldas de Besaya, abandonó la carrera religiosa regresando a Turón donde se empleó en las ocupaciones más dispares (maestro en la escuela de Carcarosa, vagonero en el pozo Santa Bárbara?). En este tiempo se integró como elemento más joven en la "tertulia literaria del bar Nieto" que lideraba el médico Antonio Martínez Zulaica siendo algunos de sus componentes más conocidos Baquero, Manolito Barbón y Braulio Tirador. De esta época son sus conferencias en el Hogar del Productor, sus colaboraciones en Radio Asturias y en el semanario "Comarca", que sirvieron para demostrar a su amigo Baquero y a su pariente Zulaica que apuntaba lejos, los cuales no tardaron mucho en convencerle de que debía de abrirse con rapidez a más anchos horizontes pues, Turón, desgraciadamente, no podía ofrecerle garantías para desarrollar las dotes literarias y de comunicación que atesoraba. Después de una breve estancia en Madrid se desplaza a París donde contacta con Francisco Díaz Roncero, republicano exiliado al que había escuchado tantas veces en las emisiones clandestinas para España de Radio París. De allí pasó a la Argentina reclamado por su hermano Marcelino y al despedirse de Roncero, éste le rogó que saludara a su buen amigo Mariano Perla, famoso cronista del diario madrileño "El Sol" en tiempos de la República y exiliado a Buenos Aires donde mantenía una charla diaria antifranquista. En 1964, la agencia "Efe" se convierte en agencia internacional de noticias y el entonces ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne, junto con el director de "Efe", Carlos Mendo, con la finalidad de desfigurar el origen franquista de la agencia que le ponía en desventaja en el campo de la información internacional, logran atraer a Mariano Perla al que nombran primer director de "Efe" para América Latina. Este hombre sería providencial para Zoilo, pues conocedor del corto pero intenso currículum del periodista asturiano después de su paso por diversas emisoras y canales de televisión del país rioplatense, le incorpora como redactor en la delegación abierta en la capital bonaerense.

Estamos en enero de 1965, y en poco más de un año, dadas sus excepcionales cualidades literarias, se forja como periodista de agencia. Si a esto añadimos su verbo innato, su don de gentes y su especial habilidad para hacer amigos, no puede extrañarnos que finalizando el año de 1967 fuera llamado para abrir una nueva oficina de "Efe" en Latinoamérica, eligiendo Colombia, porque allí se encontraban unos familiares muy especiales, a saber, el matrimonio Zulaica. Precisamente, los que le habían "expulsado" de Turón para caer en los brazos de Roncero, de Perla y, por ende, de la agencia "Efe". Aquí conoció a Miguel de la Cuadra Salcedo, en 1968, que fue el comienzo de una gran amistad entre ambos certificada por la presencia de Zoilo desde hace años en su prodigiosa "Ruta del Quetzal". En aquella época, Fraga estaba dispuesto a darle un empuje definitivo a "Efe" para que pudiera competir con las grandes compañías del globo. Se pretendía encajar la Agencia dentro de un holding latinoamericano integrado, a su vez, por agencias regionales. Para ello se comisionó como persona más idónea a Martínez de Vega quien elaboraría un plan con el asesoramiento de técnicos de comunicación de la casa. Se pensaba establecer una oficina en cada una de las capitales centroamericanas conectadas a una central radicada en la ciudad de Panamá que dirigiría él mismo. En el informe presentado por Zoilo se declara que "América Central es una región desconocida para el resto de los países del continente. Pero el problema es aún mayor porque América Central se desconoce a sí misma. Los seis países del istmo dependen casi absolutamente en el terreno informativo de los cables de las agencias internacionales que casi nunca sobrepasan el promedio de una noticia por día y por país". En la primavera de 1972 comienza su periplo para la explicación del proyecto y después de entrevistarse con los presidentes de Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Costa Rica, así como con los directores de los rotativos más importantes de estos países, obtiene un respaldo mayoritario y recomienda "la conformación de una sociedad integrada por las empresas privadas de prensa, radio y televisión de la región y por la agencia "Efe" con exclusión total de los gobiernos". El 30 de noviembre queda constituida en la ciudad de Panamá la Agencia Centroamericana de Noticias asociada a la agencia española ("Acan-Efe") de la que el periodista turonés pasa a ser el primer gerente. Esta fecha señala un punto de inflexión en cuanto a la relación informativa entre estos países ya que primeramente existía un oscurantismo y falta de noticias entre los pueblos de América Central, pues había un cierto interés político en ello. Nos recuerda Zoilo que cuando presentó el proyecto al presidente panameño y amigo personal suyo, general Omar Torrijos, se le abrieron las puertas del cielo pues se sentía víctima de las agencias norteamericanas por la mixtificación que hacían de las noticias de la zona. Años más tarde, el dirigente panameño le confesaría que sin "Acan-Efe" la devolución del Canal habría sido más difícil. Otra prueba de la trascendencia de esta empresa estriba en las declaraciones que, según nos cuenta Zoilo, hizo el dictador de Nicaragua, "Tacho" Somoza, en cierta ocasión: "A mí, en realidad, quien me derrotó no fueron los sandinistas sino la agencia "Acan-Efe". Después de Colombia y Centroamérica se encargó de reorganizar las delegaciones de Brasil, Ecuador y Paraguay, y, en 1978, Torrijos le pidió que se incorporase a su equipo político necesitando de una excedencia en "Efe" que se prolongó hasta el fallecimiento de aquél en un desgraciado accidente de helicóptero. Después se reintegra en la agencia española para dirigir la delegación de Brasil. Era el año 1983. Del periodista turonés, autor de un libro titulado "Centroamérica, alarma mundial", en el que expone los planes torrijistas de ordenación democrática del territorio, se puede decir que en una actividad frenética cubrió, informativamente hablando, los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX en América Latina: desde la muerte del dictador de Haití "Papa Doc" hasta la firma de los tratados del Canal de Panamá en Washington en 1977, además de todas las cumbres latinoamericanas, pasando por "la guerra del fútbol" en El Salvador y los terremotos del Callejón del Huayla (Perú) en 1970 y el de Managua en 1972. A partir de su jubilación en 1999 como director del departamento de Relaciones Internacionales en Madrid, Zoilo dispone de más tiempo libre lo que le permite regresar a Turón con frecuencia en cuyo pueblo de San Justo quiere que, llegado el momento, sean mezcladas sus cenizas con las de los Martínez de Vega, los que un día dominaron el valle. Y siempre que aterriza en La Veguina para departir con amigos y familiares siente esa emoción del que recupera algo que le es propio y llora sin remedio cuando escucha a Tina Gutiérrez -otra gloria nuestra- cantar "Campanines de mi aldea" o "Dime xilguerín parleru" que le traen frescos recuerdos de su amada tierra. Estos son los sentimientos de nuestro Zoilo, porque Zoilo es nuestro, ya que ocupa un lugar preeminente dentro de nuestro patrimonio cultural. Zoilo: un periodista turonés irrepetible.

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