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Democracia y participación ciudadana

La propuesta del Ayuntamiento de Langreo de consultar a los ciudadanos por la página web los asuntos importantes

Langreo consultará sus decisiones con los vecinos a través de la web municipal. La página incluirá un chat para debatir con los ediles y una herramienta para pedir opinión a los ciudadanos sobre "asuntos de trascendencia". Está bien, muy bien que se consulte. Pero también, que se les haga caso. No vaya a ocurrir lo que aquel padre que decía sí hijo, sí, tú propone, tú discrepa, tú consúltame que esta casa es una democracia; pero en casa mando yo, y al final yo valoro lo que es pertinente o no. Pues eso.

Valga lo anterior para introducir lo que se entiende o puede entenderse por participación ciudadana. Así, en general, y salvo matizaciones, la participación ciudadana sería el involucramiento activo de los ciudadanos y las ciudadanas en aquellos procesos de toma de decisiones públicas que tienen repercusión en sus vidas. Subráyese "activo", no sólo consultivo. Las líneas a las que la ciudadanía tendría acceso estarían, entre otras: acceso a la información relevante, consultas ciudadanas, cuentas públicas participativas. Y la constitución, si procede, de "consejos de la sociedad civil", como instrumentos de afirmación ciudadana y control de la institución, en este caso del Ayuntamiento de Langreo.

No debería sonar extraño decir que la participación ciudadana es una herramienta fundamental y necesaria del sistema democrático. Mediante ella se promueve la construcción de una sociedad activa que favorece una vida social, económica, cultural o política, más rica, justa e igualitaria.

La participación ciudadana, en mi opinión, es un diálogo argumentado entre la ciudadanía y las instituciones que construye, que edifica unos cimientos más sólidos de democracia, no sólo representativa, sino también, y he ahí su importancia, participativa y activa. La participación que aquí se defiende, es aquella que ofrece la oportunidad de llevar a término el seguimiento del trabajo y la acción del gobierno de los ayuntamientos en los asuntos públicos. De ahí, que no solo sea la página web u otra herramienta necesaria, es imprescindible que la ciudadanía vea reflejada sus inquietudes y se la haga caso. Sería la mejor manera de ganar legitimidad y generar conocimiento y respeto entre la administración local y la ciudadanía a la que se dice consultar y representar. Si, no es así, todo quedará en meras palabras y actitudes para la galería, como hasta ahora.

Está claro que los mecanismos de participación mediante las nuevas tecnologías intentan ser una herramienta eficaz y accesible de participación ciudadana; son o deberían de ser, un canal de información primero en tanto y cuánto permiten a la ciudadanía conocer en todo momento las iniciativas, proyectos y políticas que se llevan a cabo en el ámbito del ayuntamiento en cuestión, y opinar sobre ellas; y en segundo lugar proporciona al gobierno local una valiosa información sobre las inquietudes, necesidades e intereses de los ciudadanos y ciudadanas.

Pero, insisto, no solo eso. No son un fin en sí mismo. Deben de ser, a mi juicio, una herramienta real de democracia; una herramienta, que recupere el sentido transformador, igualitario y participativo que es inherente a la democracia participativa, en la que la gente, es la única protagonista. Si, no es así, de poco o nada vale lo que se haga por mucha tecnología que se utilice.

La política no se acaba en las instituciones. No tiene mucho sentido hablar de democracia participativa y de nuevas herramientas, de nuevas formas de participación política, si el límite se pone en el estrecho campo institucional, o en cómo mejoramos los canales de relación-interacción entre instituciones político-representativas y sociedad. "Queremos que los ciudadanos participen en las decisiones municipales", dice el alcalde de Langreo; se me antoja que tal "participación" será difícil ya que en las "decisiones" sólo participa quien decide y en este caso es el alcalde y sus concejales; la ciudadanía será oída (¿escuchada, también?) y consultada, ambas cosas distintas de decidir. Pero, más allá de esto, sí parece que hay intención, en principio, de oír a la gente y no siendo bastante, está bien.

No trato de desafiar y romper con la política convencional, que es al final la que subyace en toda esa "participación", es decir cambiar, para que nada cambie; pero sí sería interesante intentar quebrar y trabajar en los límites de la política convencional. Se precisaría para ello querer generar espacios de autonomía frente a la capacidad del "atrápalo todo" para quedar bien en las instituciones.

Es decir, reforzar la autonomía de la gente, del pueblo y no sólo de las instituciones. Se trata, en mi opinión, de dar protagonismo a los movimientos y organizaciones sociales, que ese protagonismo refuerce y consolide las necesidades reales de la gente y no sólo para legitimar más a las instituciones.

Lo "utilidad" de esa herramienta que el Ayuntamiento de Langreo, quiere, y está bien que lo haga, ofrecer al pueblo para que conecte con sus preocupaciones, problemas, etcétera solo será operativa si y solo si va más allá, de la mera consulta y del mero debate. Si no es así, será un instrumento "lampedusiano".

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