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Concejala del PP

Había una vez... un circo

La supresión en Mieres de los espectáculos con animales y el afán de prohibir

Sólo hay que retrotraerse a la infancia para recordar qué ilusión nos hacía la llegada de un circo a Mieres. Merodeábamos por entre las caravanas para ver a los animales y con un poco de suerte nuestros padres nos podían llevar a ver la función. Sin duda he rememorado esos viejos tiempos cuando, ya madre de dos niños, he podido llevarlos a que disfrutasen del espectáculo que ofrecen los circos que en los últimos años han instalado sus carpas en Mieres.

Y ahora, los más papistas que el Papa, han decidido que ya no venga a deleitar a los mierenses ningún circo que utilice o exhiba animales. Nos han prohibido a aquellos que disfrutábamos con acróbatas, contorsionistas, domadores, equilibristas, malabaristas, funambulistas, payasos, trapecistas y demás trabajadores del circo, que gocemos de ver el magnífico trabajo que realizan porque los animales que utilizan algunos de ellos "sufren continuo maltrato", "son sometidos a crueles entrenamientos", "pasan la mayor parte de su vida atados o encerrados en jaulas", "son seres dotados de sensibilidad no sólo física sino también psíquica? pueden sentir dolor, sufrimiento y angustia".

Prohibir, prohibir y prohibir es lo que más parece gustarles a quienes desde Izquierda Unida de Mieres nos gobiernan, jaleados por Somos Mieres y ante la pasividad del PSOE. Son los mismos que se les llena la boca hablando de democracia los que nos delimitan nuestros derechos prohibiéndonos que a los que nos gustan los circos con animales podamos optar en nuestro concejo a asistir a sus funciones.

Una actitud cuanto menos cínica por su parte ya que amparándose en el maltrato que según su criterio sufren los animales del circo, sin embargo mantienen en el parque Jovellanos a un grupo de patos en un estanque de tamaño reducido, que comen sin control todo tipo de delicatessen que les damos los vecinos, cuyo recinto en muchas ocasiones permanece bastante sucio y del que no puede decirse sea su hábitat natural. Sin olvidarnos de las ovejas y caballos que acompañan a la Cabalgata de los Reyes Magos que transitan por las calles del concejo jaleados por niños y mayores, lo que seguramente les cause angustia, miedo y estrés. Tampoco hemos de obviar los certámenes ganaderos que organiza el Ayuntamiento, donde los animales son trasladados en camiones cerrados y se exponen las reses para su tráfico; o las carreras de cintas en las que los caballos son adiestrados a tal fin; o que contamos con un macelo municipal en el que se matan los animales para el consumo humano. También podríamos hablar de las tiendas de mascotas donde los animales permanecen en jaulas durante días y, lo que es más curioso, muchas personas tenemos perros, gatos, pájaros, tortugas? "encerrados" en pisos y la ordenanza municipal obliga a que los perros que paseen por el municipio lo hagan atados y con bozal, lo que seguramente no será plato de gusto para ellos. ¿Es una actitud cínica o no?

Si realmente a nuestros gobernantes y a sus secuaces les importase el bienestar animal deberían estar más preocupados por el verdadero cumplimiento de la normativa sobre salud, protección y cuidado de los animales que está en vigor que por la prohibición de los circos con animales que también están obligados por dicha normativa comunitaria, estatal, autonómica y local.

Quizás a alguno le parezca poco meritorio este tema para una tribuna y seguro que no le falta razón, pero entiendo que es demostrativo de lo que hace la izquierda en nuestro concejo: sesión plenaria tras sesión plenaria nos encontramos con mociones variopintas, eso sí, con gran carga ideológica pero que en ningún caso resuelve los problemas reales que tenemos los ciudadanos. Claro ejemplo de lo dicho es la retahíla de propuestas que nos plantean; a saber, otorgar el nombre de una calle del concejo al movimiento 15-M o solicitar que el concejo sea declarado libre de racismo, xenofobia, homofobia, sexismo y apología del nazismo.

Frente a esto sólo cabe una respuesta: plantar cara y alternativas. No vamos a permitir que la demagogia barata nos acoquine. Y lo que es más importante, desde el Partido Popular seguiremos planteando mejoras para el concejo y luchando para que nuestros vecinos tengan una mejor calidad de vida aunque se vean obligados a ir al circo a otros municipios en los que seguramente sus gobernantes destinen su tiempo a abordar los verdaderos problemas que tenemos los ciudadanos en el día a día.

Pensándolo bien, ahora entiendo lo del circo? ¡La gran carpa del edificio del Ayuntamiento de Mieres que cuenta con cuatro pistas de distinta longitud para la corporación y asientos para los vecinos que deseen acercarse inicia su función!... ¡Para qué queremos más!

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