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A mi aire

Limosnas y pensiones

Los ciudadanos encuadrados en el grupo de Pensionistas de la Seguridad Social -más de ocho millones, que además votan- hemos recibido una amable carta de la Ministra de Empleo y Seguridad Social, en la que nos expone sus cuitas y sacrificios para que España no se haya ido al carajo, anunciándonos, a la par, la buena nueva de la subida de la pensión de un ¡0,25%! Toda una tomadura de pelo, si se tiene en cuenta que la cesta de la compra -ese termómetro que nunca falla- no va acorde con la ingeniería numérica que machaconamente publican. Todos estamos al día de las oscilaciones hacia arriba de los productos de primera necesidad.

No hablo de pensiones de cinco estrellas, que tienen la misma subida, sino de los millones que ya tienen que hacer equilibrios para llegar a mediados de mes, en algunos casos con dependencia de Cruz Roja, Caritas o Servicios Sociales, si quieren comer lo más necesario.

A este insulto de "subida", no encuentro otro modo de calificarlo, se suma que al final la "limosna" no resulta ni eso, pues te suben unas décimas el IRPF, con lo cual el que tenía pensado tomarse un par de crianzas para celebrar la esplendidez se deberá conformar con una pinta de garrafón. Además avisan que las nuevas pensiones -si se cobran- tendrán una merma importante.

Pero tranquilos, hay que seguir sacrificándose para que los de siempre sigan a lo habitual: chanchullos, sobres, mordidas, amaños, comisiones, enchufes para los suyos? y cara de cemento armado. Ya me gustaría saber quién puede arreglar toda esta podredumbre que nos corroe, para poder otorgarles mi confianza, pero lo veo muy crudo, porque es sabido que una cosa es predicar y al final el trigo se quedan con él, y en cuanto tocan el pelo del poder ya saben lo que sucede. ¿O no?

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