Hay una teoría política, una política de las palabras y una realidad de la política. Las tres confluyeron ayer. Las dos primeras se escenificaron en el primer asalto de la sesión de investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno, en el Congreso. La teoría y las palabras parecen abocadas esta vez al fracaso. La tercera, la de las consecuencias de la política, quedó evidenciada en el demoledor informe del Consejo de la Juventud de España: sólo dos de cada diez jóvenes asturianos se emancipan antes de los 30 años. Es una realidad que conocen la mayoría de las familias. Un hijo es ahora como una hipoteca de larga duración. En muchas ocasiones, una segunda hipoteca sumada a la de la vivienda. El problema no es que los jóvenes no estén preparados. Quedó demostrado que la generación española mejor formada nutre al resto de Europa. España, con empleo precario y temporal, la desaprovecha. Es la realidad de la política.
