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Por el camino

Tres más para la historia de los "Mierense del año"

El reconocimiento a Piedad Martínez, Germán Rodríguez y Ernesto Burgos

Mieres ha dictado un nueva sentencia tras la convocatoria anual, correspondiente al año 2015, del certamen "Mierense del Año", que con un largo periplo de existencia viene a descubrirnos, en determinados casos, o a presentar en otros, la labor callada en muchas de sus expresiones, y sobre todo prolongada en gran parte de una vida, de aquellas personas que han hecho un altar de su existencia a favor de la colectividad. Y esto, en tiempos de un fuerte acuse materialista, personalista, con ribetes del clásico individualismo que, en la mayoría de las ocasiones, tiende a mirarse el ombligo, alcanza valor excepcional y digno del reconocimiento comunitario. Ante ello solamente queda decir que Mieres, al dictar nueva sentencia, acaba de acertar de pleno.

La larga labor desarrollada en su periodo profesional a favor de la niñez desde la perspectiva de médico pediatra del doctor Germán Rodríguez, hoy, a la hora de la jubilación, florece de nuevo al reconvertirse en todo un manifiesto de solidaridad hacia las gentes empobrecidas y olvidadas del continente americano de habla hispana, concretamente la Guatemala de las aldeas y "suburbios" montañosos.

Son gente sin el menor respaldo oficial, solamente "bendecidos" por gestos y gestas de colectivos y personas del volcada humanidad. Esta es la tarjeta de visita que presenta, en la actualidad, el ejemplo de este licenciado en medicina especializada, nacido en Carabanzo de Lena, pero reconocido como mierense que es, para sus muchos amigos, Germanín el pediatra, quien, por cierto, en su primera reacción se negaba a la aceptación del merecido título.

La larga labor difusora como consecuencia de otra más oculta y dura, tal es el caso de la investigadora, del profesor de historia, hoy en un instituto gijonés, pero aferrado a sus raíces mierenses, Ernesto Burgos, cuyos trabajos, afortunadamente, siguen refrescando la memoria colectiva en LA NUEVA ESPAÑA, sobre el devenir de otros tiempos y sus acontecimientos esos que dejaron huella y escribieron la historia de este pueblo, de su área de influencia y de toda la comarca que surcan, primero los ríos Aller y Lena, y luego el Caudal, viene a ser una parte más del balance acertado y directo al corazón de muchos ciudadanos, de la nueva edición de "Mierense del Año". Si esta asociación alcanzase el nivel de toda la cuenca, Ernesto sería uno de sus primeros candidatos.

La acción vecinal, esa que ahora intenta resurgir de ciertas cenizas provocadas por la indiferencia de los tiempos, toma aquí, en la figura de Piedad Martínez, carta de auténtica naturaleza, en el empeño y la labor a favor de una zona, la turonesa, donde la dentellada de la crisis y sobre todo del desmantelamiento minero, sin el menor indicio vivo de reactivación, presenta un panorama poco atractivo para continuar el efecto renovador del movimiento ciudadano. Pero Piedad Martínez, como fuerte puntal de la asociación de vecinos de esta localidad mierense, en un auténtico ejercicio de voluntad, constancia y perseverancia, logra el objetivo de la vivencia permanente, recuperando el pulso y el aliento suficiente de un pueblo que desea seguir viviendo con dignidad. Póquer de ases, pues, en la elección del año 2015. La Tertulia "Por el Camino" se siente plenamente identificada.

La propuesta: Por fin resulta gratificante registrar el hecho terminante, por parte del Ayuntamiento, de iniciar los trámites por vía legal para el retiro de las dos torres metálicas -entiéndanse grúas- que amenazan con venirse abajo en la zona de La Mayacina colindante con la calle Valeriano Miranda , con el agravante de la concentración escolar que allí existe. No sobraría que se echase también un vistazo a los andamios de otro edificio, también en situación de "paro", en la confluencia de las calles Antonio Machado y Juanín de Mieres. ¡Ojo pues, al dato!

La crítica: ¡Hay que ver cuántos quebraderos de cabeza nos trae la Mayacina. Unos serán modestos, pero los hay también espectaculares. Por lo visto y comprobado, esta parcelona que sirve de aparcamiento provisional, también hace las veces de depósito para el desguace. No es difícil descubrir vehículos que tienen todo el síntoma de abandonados. Y no nos estamos refiriendo a los que, retirados de la vía pública, deposita allí el Ayuntamiento de Mieres.

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