Como nos tienen acostumbrados, cada vez que hay cambio de gobierno municipal en Langreo, se vuelve a las andadas, con cruce de acusaciones entre los unos, y los otros, y al final la casa sin barrer, tocándonos a los ciudadanos las consecuencias. Seis años van ya desde que los polideportivos de Riaño y La Reguera echaron el cierre, dejando sin sus servicios a todos los habitantes de nuestro entorno, e incluso a todo el valle.
Ahora mismo, el de La Reguera resulta ruina total, pese a que en su momento se nos vendió que con inversión de más de dos millones, se iba a remodelar, para ser lugar de referencia en Asturias. El de Riaño, hace dos años se abrieron sus piscinas los meses de verano, todo ello a la espera de su cesión definitiva al Ayuntamiento, así como una primera partida de 225.000 euros, que pese a estar presupuestados, no acaban de llegar.
En vista de ello, y ante la cercanía del verano, el Ayuntamiento ha decidido hacer un adelanto, y ponerse manos a la obra para parchear el problema. Llegados aquí, comienza el cruce de dimes y diretes, entre los unos y los otros. El cabreo ciudadano resulta palpable, reseñando aquí la encomiable labor de la Asociación Pro-Piscinas, que lleva años recogiendo firmas, tratando de abrir puertas, y haciendo llegar su mensaje reivindicativo. Lo cierto es que en el inicio del todo, el color de los gobernantes de Langreo y el Principado, era coincidente, y todo acabó como acabó.
Vayan ustedes a saber si por desidia, o combayar con los de arriba, que seguían a lo suyo, favoreciendo a otros concejos. Incluso hubo que indemnizar con 650.000 euros a los trabajadores despedidos de mala manera.
Llega ahora el "lavado de manos" con el agua y el jabón a nuestra costa- la culpa siempre es soltera- quedando a la espera que la reparación sea segura, y los euritos no sigan escurriéndose por el famoso vaso. Caso contrario siempre nos quedará La Chalana, que la tenemos ahí a un pasu, pero a sabiendas de cual ha sido el papel de cada uno.
