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Félix Grande, un hombre bueno

El libro de homenaje al autor se presenta en Langreo

¿Leíste la novela de? o el poemario de?? El boca a boca ha tenido siempre justa fama en la literatura (así como en otras disciplinas artísticas: la película de tal o cual director, por ejemplo). Gracias a este método rápido y fiable de transmisión se han podido conocer grandes obras que, de otro modo, a buen seguro que en muchos casos hubieran pasado desapercibidas. Así que, cuando una buena amiga y poeta langreana, Noelí Puente, me habló entusiasmada de "Las Rubáiyátas de Horacio Martín", un complejo cancionero amoroso del maestro Félix Grande, me faltó tiempo para adquirir el libro. Estaba seguro de que la emoción de mi amiga corría pareja con la calidad del mismo, como pude comprobar cuando tuve en mis manos un ejemplar de la colección Lumen (sin duda uno de los catálogos de poesía de referencia en el ámbito hispano).

Se puede debatir ampliamente sobre el juego ficcional en el uso de los heterónimos; si son máscara y sirven también para inventar varias identidades; si, en este caso, el de "Horacio Martín" procede de la unión del "Horacio Oliveira" (personaje de "Rayuela" de Cortázar) y de "Abel Martín" de Machado; pero lo que no puede soslayarse es que "Horacio Martín" y sus "Rubáiyátas" (poemario galardonado con el Premio Nacional de Poesía en 1978) justificaban sobradamente el pasmo y la admiración de Noelí. Desde aquel día, Félix Grande comenzó a regalarme la hondura de su voz precisa y concluyente, para que el poeta, todos los poetas, no dudáramos de la necesidad de escribirnos y de inscribirnos en una textualidad que es a un tiempo un acto de vida y de esperanza.

Quizás porque la vida sea una continua sorpresa, o porque en ocasiones la fiesta de la palabra nos invita a su palacio, tuve la oportunidad (casi cuarenta años han transcurrido desde aquella conversación con mi amiga) de conocer a "Horacio Martín" en directo. Era el año 2005 y una venturosa y afortunada coincidencia de eventos literarios me acercó al Sur, ese territorio mágico que desde siempre acompaña mis mejores sueños ("De nada sirven las palabras / si no llegamos al Sur", así concluyo uno de mis poemas). Y allí en Trigueros (Huelva), con motivo de un acto organizado por el IES Dolmen de Soto de la misma localidad, tuve la fortuna de conocer a Félix Grande o a "Horacio Martín", da lo mismo, que presentaba su novela "La balada del abuelo Palancas". Un encuentro que comenzó aquella tarde noche y que tuvo su prolongación al día siguiente, en la capital. No siempre se tiene la suerte de poder pasear con un maestro que aunó la exigencia estética con el compromiso político y social, y que fue un profundo estudioso y conocedor del flamenco. De modo que intenté aprovechar todo lo posible aquel paseo por Huelva, durante el que nos pusimos de acuerdo en algunas filiaciones poéticas y también discrepamos en otras; pero, en todo caso, cuando nos retiramos al mismo hotel en el que nos alojábamos, supe que mi fascinación de juventud por Horacio Martín estaba perfectamente justificada.

Del poeta y de su tiempo, de un Félix Grande que, entre otras distinciones, tiene el Premio Nacional de Ensayo 1980 por "Memoria del flamenco" y el Premio Nacional de las Letras Españolas 2004 por la importancia de su obra, hablará hoy viernes, a las 20 horas, Luis Domingo Delgado, profesor del IES Dolmen de Soto y escritor, coordinador del libro "Félix Grande: un hombre bueno", que se presentará en el Centro de Creación Escénica Carlos Álvarez-Nóvoa de Langreo, en un acto organizado por Cauce del Nalón y en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Allí nos veremos.

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