La mareona no es la afición sportinguista, ya nos gustaría. Se trata del caudal de porquería que ha comenzado a repartirse en el juicio del "caso Marea", ligado a la Consejería de Educación. La funcionaria Marta Renedo acusa a sus superiores de ordenar la tramitación de facturas falsas. Otra de las principales implicadas, la exdirectora general María Jesús Otero, afirma que quien mandaba era el consejero Riopedre, que se mantiene impertérrito en la sala del juicio ante tanta acusación. Y el gerente de la empresa ASAC Comunicaciones reconoce que se le mandó facturar obras que no se habían realizado. En el primer día de declaraciones ya hay mierda para todos. En oleadas que llegan inexorablemente, como escribió el poeta. Y lo que nos queda por escuchar. Al menos, el "caso Marea" no alcanza las dimensiones de otros tantos que salpican la geografía española. Si no fuera así, quedaríamos sepultados por tantos excrementos.
