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Portavoz PSOE Langreo

Orgullosa de los alcaldes de barrio

La labor de los que buscan mejoras para su pueblo sin esperar nada a cambio

Leí hace unos días, no sin sorpresa, un artículo del presidente de la Federación de Vecinos de Langreo, Vicente Gutiérrez Solís, en el que no dejaba especialmente en buen lugar a los alcaldes y alcaldesas de barrio que, a lo largo del tiempo, ha tenido Langreo y a los que no sólo considera innecesarios, sino que también los acusa de ciertas prácticas totalmente deleznables.

Durante el tiempo que fui primero concejala y después alcaldesa de Langreo, no he conocido a ningún alcalde de barrio o pueblo que fuera como en ese escrito se dice, sino todo lo contrario. En la mayor parte de las ocasiones, y de forma totalmente desinteresada, acudían al Ayuntamiento para intentar poner solución a los problemas de sus vecinos y vecinas, con un espíritu totalmente colaborativo y a la vez reivindicativo de las necesidades de sus zonas de representación, tal y como debían hacer: pensando en sus barrios o pueblos sin que hubiera por medio ningún tipo de gratificación ni interés personal.

Y qué duda cabe de que, gracias a ellos, se solucionaron muchas cosas, pues siempre nos trasladaron de primera mano esos problemas y a veces con mayor, y otras con menor prontitud, hemos tenido en cuenta sus peticiones como representantes que eran de sus vecinos y vecinas.

Puedo entender que algunas personas tomen este tipo de actitud de desprecio hacia ellos como desahogo de la frustración que provoca llevar años y años intentando hacer algo y no haber conseguido nunca sus objetivos, pero ello no es óbice para que reconozcamos la labor de los alcaldes de barrio que ha habido hasta ahora y que, estoy segura, desarrollarán con la misma diligencia quienes han resultado elegidos a lo largo de estos días para este nuevo mandato.

Desde el Grupo Municipal Socialista hemos manifestado nuestro desacuerdo con la falta de rigurosidad de algunos aspectos del procedimiento, pero jamás nos hemos opuesto a la elección democrática de los alcaldes de barrio tal y como recoge el Estatuto de Participación Ciudadana que, hay que recordar, aprobamos los socialistas en nuestro anterior mandato.

Por esta razón, y por todo lo que Estatuto supone para los langreanos y langreanas, lamento profundamente que tampoco sea del agrado de todos, pero me temo que es así porque las cosas no se realizaron tal y como sólo algunos pretendían.

Es de todo punto necesario recordar que el Partido Socialista llevaba en su programa electoral la creación de este Estatuto, que se formó para ello una comisión municipal especial para desarrollarlo, que se mantuvieron múltiples reuniones con las distintas asociaciones langreanas para sacarlo adelante, que fue aprobado en un pleno municipal y que amparándose en él se han tomado ya algunas decisiones o se ha dado forma a nuevos modelos de participación ciudadana o colaboración entre vecinos y Ayuntamiento.

En ningún momento se marginó a nadie durante su estudio y tramitación -todo lo contrario- y mucho menos, al movimiento vecinal. Creo que todos los langreanos y langreanas podemos sentirnos orgullosos de tener un Estatuto de Participación Ciudadana que, si bien puede ser susceptible de mejoras, como todo; está pensado y desarrollado para fomentar esa participación y abrir aún más la administración local a toda la ciudadanía. Y no menos orgullosos podemos sentirnos de nuestros alcaldes y alcaldesas de barrio, al menos de todos y todas los que yo he conocido. Si algo han podido hacer alguna vez por sus zonas, lo han hecho siempre sin escatimar esfuerzos, sin pedir nada a cambio y con la mejor de sus intenciones en beneficio de sus vecinas y vecinos.

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