No me lo puedo creer. ¿Pero cómo que Unidos Podemos? ¿Dónde quedó el lenguaje no sexista? Compañeros y compañeras, camaradas y camarados, unidos y unidas o, si se prefiere, unidas y unidos. No me digan que, con la tabarra que se ha estado dando con el temita, ahora nos vale Unidos, sin Unidas, o sea, sin ellas. O lo que viene a ser lo mismo, los paisanos unidos podemos. De las paisanas nada se sabe. A ver si, por fin, alguien ha caído en la cuenta de que todo lo que se lleva a un extremo acaba convertido en una idiotez. Porque, si no, la alianza que tanto disgusto causa a parte de Izquierda Unida debería denominarse Unidos y Unidas Podemos o Unidas y Unidos Podemos. Que lo haga Ciudadanos, que es derechona machista que discrimina a las ciudadanas, puede entenderse, pero estos no. Qué dislate.
Para mí que esta es otra sutil maniobra podemita para quedarse como única marca. Lo de Unidos, en masculino plural, va a dar problemas por machista y sexista. Se elimina y solucionado. Y, consecuentemente, Izquierda Unida desaparece, que es precisamente lo que se temen los veteranos. Desaparece la coalición y desaparece el femenino. Vuelta a lo clásico, a lo de toda la vida, a lo que siempre se ha visto en la política de los regímenes de auténtica izquierda: paisanos por un tubo.
Que yo no sé si unidos podrán, si superarán al PSOE -vaya tontuna que nos ha dado con llamarlo sorpasso- o si entre todos lograrán devolver a Rajoy a su plaza de registrador en Santa Pola, que parece increíble que con tantas salpicaduras encima aún tenga el cuajo de seguir adelante, algo inconcebible en otras democracias más salubres. Pero, vamos, tanta matraca de ellas y ellos, unas y unos y van a llamarse Unidos Podemos. Con lo fácil que sería PODEMIUS, PIUDEMOS, Unidad Podemita, Podemos en Unidad, Ay como Podamos.
Que, por cierto, tengo ganas de ver los mítines conjuntos, en particular en Mieres, con las lindezas que los podemos han dedicado a los unidos. Eso sí que va a ser tragarse un sapo, y bien gordo.
