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Desde la Meseta

Entre 24 y 74 años

Qué tristeza y amargura la gran diferencia de 50 años entre dos profesionales deportivos. La fe y devoción religiosa de un chico que rezaba por él y por los suyos antes de cada carrera. Espeluznante su accidente, al seguir de frente y no poder dar la curva, de por sí peligrosa, separándose de su moto, llegando ella antes que él, para echársele encima no obstante tras rebotar la máquina en protecciones que tienen los circuitos. Tal accidente dejó impactado no sólo al mundo del ciclomotor, sino al resto de los espectadores que pudimos verlo en la pequeña pantalla. Joven muerte instantánea.

Y a la mañana siguiente, todo un hombretón que dio triunfos con su boxeo, en la calidad de pesos pesados, después de luchar contra su enfermedad durante 30 años, pierde el combate contra la supuesta mujer de la guadaña e igualmente deja este mundo para irse a ese supuesto más allá, sorprendiéndonos igualmente de todo lo que en su día hizo y se dedicó, cambiando de nombre y hasta de religión. Yo aún lo recuerdo con su original nombre deportivo, Cassius Marcellus Clay, que después cambió por Mohammad, o Mohamed, Ali. Su historia, su vida, resulta controvertida para muchos norteamericanos, puesto que es una persona que niega a alistarse en el ejército para ir a Vietnán. Pero su verdadera lucha comienza a los 12 años cuando le roban la bicicleta, denuncia tal robo a un policía y éste le aconseja que aprenda a boxear para recuperar lo que le quitaron. Es el propio policía el que le inicia y le ayuda en sus primeros años. Luis Salom, el joven motorista, tiene un palmarés corto y su carrera a los 24 años lleva la trayectoria hacia el cielo en el que creyó.

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