La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francisco Palacios

Una gran temporada sin premio

Sobre el origen del Unión Popular de Langreo, las repercusiones sociales y su actual situación

A finales de la década de los cincuenta se celebraba una asamblea de socios del Racing Club Langreano en el cine del "Hogar de Productor" de Sama, propiedad del antiguo sindicato vertical. Se iba a decidir sobre la fusión del equipo samense con el Círculo Popular de La Felguera: ambos militaban en la Tercera División. Los racinguistas apoyaron abrumadoramente la fusión. Mucho más que los felguerinos. Lo que parece lógico, ya que, al quedarse sin campo de juego por desahucio, el Racing estaba condenado a desaparecer de no producirse la fusión. El terreno del Torre de los Reyes se transformaría después en una dinámica zona urbana.

El 4 de julio de 1961, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Langreo se reunieron directivos de los dos clubes implicados para rubricar el protocolo oficial de la integración. La esperada unión excedía lo meramente deportivo. Pues no sólo cerraba una vieja y enconada rivalidad futbolística, sino que contribuiría a sellar antiguos pujos secesionistas de una parte de sociedad felguerina. (La independencia municipal de La Felguera estuvo a punto de consumarse en los años veinte del siglo pasado).

Según el alcalde, Alfonso Argüelles Eguíbar, la fusión reportaría múltiples beneficios a todo el concejo. El primero sería formar un equipo capaz de ascender a la Segunda División: entonces no existía la Segunda B. Y, además, al ser el fútbol un deporte eminentemente popular, "el más sentido y vivido", facilitaría la cohesión de todos los pueblos del municipio, sobre todo de Sama y La Felguera, venciendo así antiguas rencillas y pasiones de un sector de la población.

Desde el punto de vista social, creo que la aspiración unitaria se ha cumplido sobradamente. Pero no así las expectativas deportivas. El Unión Popular no logró consolidarse en la Segunda División como pretendían sus fundadores. Diversas vicisitudes dificultaron ese objetivo. Por ejemplo, en 1961 Langreo tenía más de 65.000 habitantes y una situación económica relativamente boyante. En los años siguientes, la población fue descendiendo al mismo tiempo que la actividad minero-industrial. Asimismo, otros factores fueron debilitando progresivamente el arraigo local de los equipos más modestos. Por todo ello, el Unión Popular sufrió frecuentes altibajos en las últimas décadas.

Si vamos al presente más inmediato, hace dos años el Langreo ascendió de categoría, venciendo al Mérida en el Ganzábal. Pero sólo se mantuvo un año en la Segunda B. De nuevo en Tercera, y después de realizar una excelente temporada, el Unión no mereció ser eliminado esta vez por el Haro; en un partido vibrante hizo méritos más que suficientes para seguir adelante en la promoción de ascenso. Sin embargo, el caprichoso azar (o la falta de puntería) es muchas veces más decisivo que las virtudes del buen juego...

Por último, espero que el otro gran equipo de las Cuencas, el Caudal Deportivo, pronto centenario, logre ascender tras realizar una muy meritoria campaña. El Haro es precisamente su último adversario.

Y confiemos en que la próxima temporada sea más favorable para los intereses del Unión Popular. Pues ya se sabe que los triunfos son los que verdaderamente determinan la jerarquía en el fútbol: ese deporte "insoportablemente humano".

Compartir el artículo

stats