Casi todos, por no decir todo el mundo, termina hablando de la Ley de Murphy, ley empírica que data de la Edad Media, casi nada, allá por la Gran Bretaña..., el resto de la historia se lo dejo a ustedes y así se entretienen un buen rato buscándolo en una enciclopedia ilustrada o en Google que a lo mejor le resulta más práctico.
Y así hoy, como ayer, le echamos la culpa de muchas cosas a Murphy y damos el tema por concluido. Yo, por ejemplo, ayer mismo y queriendo hacer una anotación para que algo no se me olvidara, de un bote de lápices y bolígrafos, fui a coger, precisamente, el bolígrafo que ya no tenía tinta. Después repetí la operación con un lápiz y éste no tenía punta. ¿Casualidad o Murphy me la estaba jugando? La cosa es que no daba ni una.
Como consecuencia de mi encierro voluntario en casa, no saco el coche y cada equis tiempo lo mando arrancar. Así que hace unos días mandé arrancarlo y al "tirar" de la puesta en marcha (darle a a llave de contacto), hizo un ruido extraño, algo así como un "clá-clá" y al darle por segunda vez a dicha llave, sólo hizo "clá" y una tercera vez ni eso. ¿Era Murphy? No, que tontería, es que la batería se había agotado y Murphy no es el que paga las averías de nuestro coche.
La ley de Murphy se describe muy bien cuando dice: "si cae una tostada al suelo, ésta siempre cae del lado de la mantequilla". ¿Vamos aprendiendo?
