La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cosas de Duke

Marcelino M. González

Una sonrisa, por favor

Vean a alguien situado tras un mostrador de cualquier establecimiento de aquí o de afuera, con una seriedad que mete miedo, que te incita a dar la vuelta y volver atrás. Te recibe con esa frialdad propia de quien parece que no quiere vender, que le molesta todo aquel que entre a comprar. Ni buenos días, ni buenas tardes. Eso sí, te dice hasta luego, como si el hecho de que te marches -con o sin compra- sea un alivio para él, o ella. Cuando se trata de un empleado o dependienta la cuestión es hasta cierto punto comprensible. ¿Cuántas veces han oído decir aquello de "a mí no me pagan por aguantar a la gente"? Pero si nos ponemos en el caso del propietario el tema es muy distinto. En una ocasión he oído decir a un hostelero que echaba la partida con tres clientes "toma el euro y vas a tomarte la pinta a otro bar", ante la solicitud de un parroquiano de ese corrosivo. Pero estarán ustedes de acuerdo con Duke en que en ambos casos (dueño o empleado) las cosas no pueden funcionar de esta manera. En que hay personas en el comercio, sea del tipo que sea, que estaban mejor trabajando donde nadie les viera, porque talmente parece que se les ha muerto el canario. ¿Se acuerdan de la canción? Tienen una pena permanente en ese semblante adusto y compungido que a uno le entran las ganas de darle el pésame y un abrazo antes de preguntarle si tienen sidra, chorizos de casa o pegamento y medio. Más bien, ante esa deficiente atención, nos entra la timidez y acabamos por pedir medio pegamento. Como aquel que llegó al bar y pidió un café, "¿solo?", le preguntó el de la barra. "Bueno, póngame dos", replico el infeliz.

Pues, a lo que vamos. Que ya que, por mucho que les duela, les toca trabajar mejor hacerlo con alegría y buena disposición, pensando en lo del refrán de que el cliente siempre tiene razón, y si no se la da. Pongan una sonrisa, por favor, que no cuesta nada y es muy posible que el cliente vuelva.

Compartir el artículo

stats